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 | Por Michelle Nilsson , Para el Catholic Herald

Las mujeres se preparan para la Venida de Cristo

Cada año, después del Día de Acción de Gracias, parece que el mundo se vuelve loco con todas las preparaciones para la Navidad.  

El mes de diciembre está lleno de emoción y ajetreo. Hay compras, decoraciones y fiestas.

Todo el ajetreo de este mundo nos puede apartar de la esperanza y la alegría que deberíamos sentir en esta época del año.

Cuando llega la Navidad, podemos respirar hondo y reflexionar sobre el verdadero significado de esta celebración.

¡Pero tenemos buenas noticias! Dios es el Creador del universo, y lo creó todo por amor Lamentablemente, como seres humanos, nos alejamos de la gloria de Dios y perdimos nuestra union con Él. Pero Dios, en Su infinito amor por nosotros, ¡tenía un plan!

En Génesis 3:15, Dios nos promete enviar un redentor, y es a través de una mujer que Él traerá nuestra salvación.

Nuestro primer paso durante el Adviento y la Navidad es responder a este gran don de Cristo.

Cada Navidad, escuchamos la canción “Noche Santa,” y sus palabras resuenan hoy con más fuerza que nunca: “El mundo yacía sumido en el pecado y el error; entonces Él apareció, y el alma sintió su valor. Un rayo de esperanza alegra al mundo cansado.”

Nunca antes habíamos visto un momento en que el mundo necesitara tanto a un  

Salvador como en este preciso instante. Anhelamos conocer nuestro verdadero valor y encontrar esperanza.

Parece que este podría ser el momento perfecto para “volver a lo esencial” durante el Adviento y la Navidad, no de una manera nostálgica o secular, sino para encontrar la verdadera inspiración sobre lo que significa ser mujer y cómo responder a Dios cuando nos invita a recibirlo en nuestras vidas.

En toda la Diócesis de Madison, durante este Adviento, las mujeres se reunieron para tomarse un momento de reflexión antes de la Navidad, y en oración y comunión se preparaban para la venida de Cristo.

En algunas parroquias se llamó “Adviento a la luz de las velas”, en otras “Iluminando el camino,” pero en todos los lugares, los temas fueron comunes: mujeres invitando a otras mujeres a orar y preparar sus corazones para que Cristo naciera de nuevo en ellas esta Navidad.

Estos eventos ofrecieron a las mujeres la oportunidad de invitar a otras mujeres — amigas y familiares — a compartir un momento de compañerismo, disfrutar de una comida, cantar villancicos de Adviento y escuchar una charla inspiradora para preparar sus corazones para la belleza de la Encarnación.

En muchos casos, las charlas fueron reflexiones sobre la Santísima Virgen María, quien actúa como modelo para todas las mujeres al prepararse para el nacimiento de Cristo.

María es la unión perfecta de receptividad, generosidad, maternidad y virginidad, y nos muestra la vocación sobrenatural que se les ha otorgado a las mujeres.

Te contemplamos, Madre Santísima, en esta Navidad ya que tu nos ofreces una “chispa de esperanza,” y nos regocijamos en tu testimonio de traer vida y sanación al mundo al decir que Sí a la Encarnación y el nacimiento de tu Hijo, Jesús.