Tema del final de vida: Derecho a morir, calidad de vida

		Bajo el Libro del Evangelio + Obispo Robert C Morlino

Queridos amigos,

Como se los prometí la semana pasada éste es el primer artículo de la serie de dos partes acerca del tema del final de vida comparado con el marco del interés de los medios de comunicación relacionado con la situación trágica de Terri Schiavo.

Tema del "derecho a morir"

Primero que todo permítanme tocar el tema del llamado "derecho a morir".

La muerte es biológicamente necesaria cuando llega. El hablar del derecho de lo que es biológicamente inevitable no es un uso coherente del término "derecho". Además todos nuestros derechos están correlativos a ciertas obligaciones: así, tenemos el derecho de lo que sea necesario para realizar nuestras obligaciones como seres humanos. Los derechos están fundados en obligaciones. Si hubiera un derecho a morir, eso significaría que uno tiene el derecho de prevenir a uno mismo de llevar a cabo cualquier obligación.

"El sufrimiento unido con el sufrimiento de Cristo tiene un valor humano incalculable. El Señor que a veces da el llamado a un sufrir grandioso también da la gracia para aceptar el llamado."

Así el derecho a morir no podría coherentemente ser fundado en alguna obligación a no ser que fuera una obligación para prevenir a uno mismo de llevar a cabo las obligaciones. De nuevo el uso de la palabra derecho en la expresión "derecho a morir" es incoherente. La proporción de beneficios / cargas de varios tratamientos médicos deben de tomar en cuanta la persona que esta enferma terminal y casi por morir. Más acerca de este asunto la próxima semana.

Nuestra cultura no tiene mucho cuidado con el uso del término "derecho". Ya que los animales no tienen ninguna obligación, simplemente no haría sentido el hablar de los derechos de los animales. Por supuesto nuestra obligación moral como seres humanos de respetar la vida de las plantas y animales significa que nosotros tratemos a las plantas y los animales de una forma humana, donde no maltratemos ni a los animales ni a las plantas.

De hecho de que una persona pueda libremente matar a otra persona o que libremente y deliberadamente cometa suicidio en efecto no le da el derecho a nadie más de hacerlo. El cuerpo humano es la presencia de la persona humana y nunca será simplemente una cosa que sea desposada como si fiera la propiedad de alguien más. Nunca podemos olvidar las palabras inspiradas de San Pablo "ustedes han sido comprados a un precio muy alto (el precio de la sangre de Cristo). Por lo tanto glorifiquen a Dios con sus cuerpos."

Calidad de vida juzgada por otros con frecuencia

La "calidad de vida" de la gente a menudo se juzga fácilmente por otros. Pareciera que varios habían decidido que la vida de Terri Schiavo, por ejemplo, no tiene sentido de vivir.

Mientras que a veces necesitamos juzgar si ciertas formas de tratamientos médicos son desproporcionadamente pesados y así no tiene sentido seguir. El misterio de la vida humana siempre esta en las manos de Dios desde la concepción hasta la muerte natural, y la ley natural moral nos enseña que nadie tiene la autoridad, directamente, de destruir vida humana inocente.

El inicio del sufrimiento humano o la discapacidad de ninguna manera disminuye el valor de una vida humana en particular. Si alguien es severamente discapacitado o enfermo, pero de hecho no es enfermo terminal, y de hecho todavía no va a morir, nadie tiene la autoridad de determinar que el sufrimiento o la discapacidad de la vida humana no tiene valor.

Debemos de aceptar el sufrimiento como lo hizo Cristo

De hecho en el misterio del plan de Dios, el terrible sufrimiento de la cruz es el poder por la cual salio la salvación del mundo. Mientras que nosotros no buscamos formas de sufrimiento en una forma masoquista, estamos llamados a aceptar el sufrimiento como Cristo lo hizo en la cruz, como la prueba última de compasión y de amor.

La verdad del sufrimiento prueba la verdad de amor de nuestro Santo Padre Juan Pablo el Grande nos ha enseñado por sus palabras y sobretodo por su propio comportamiento cuando se le acerco la muerte. Él hizo reverencia del regalo de vida que tenia dentro de sí mismo aunque fuera frágil, débil y con una vida de sufrimiento.

Su aceptación paciente del regalo de vida de Dios nos enseñó todo lo que necesitamos conocer de que si una vida humana sufrida o discapacitada sí vale la pena vivir. El sufrimiento unido con el sufrimiento de Cristo tiene un valor humano incalculable. El Señor que a veces da el llamado a un sufrir grandioso también da la gracia para aceptar el llamado.

La próxima semana tocaré el tema de tratamiento médico para aquellos que están diagnosticados como inconscientes permanentes, el tratamiento médico de aquellos que son enfermos terminales y cerca de su muerte, y el tema de testamentos de vida o la designación de un poder de ley durable para las decisiones del cuidado de la salud.

Muchas gracias por leer este artículo. Que el Señor los continué bendiciendo con el gozo, esperanza y reto de la Pascua. ¡Cristo ha resucitado! ¡Claro que si ha resucitado! ¡Bendito sea Jesucristo!