RÍO DE JANEIRO (CNS) — El papa Francisco dijo a los jóvenes que Dios pudo haber estado intentando comunicar algo al obligar el cambio de lugar de la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud de un campo enorme a una larga y estrecha franja de arena y mar.
Dirigiéndose a tantos como 3 millones de jóvenes, y no tan jóvenes, en la playa de Copacabana en Río el 27 de julio, el papa Francisco dijo que había preparado una reflexión que habría usado el lugar original, un espacio bautizado “Campus Fidei” o “Campo de la fe”, como punto de partida.
“¿No está el Señor pidiéndonos que digamos que el verdadero campo de la fe, el verdadero Campus Fidei, no es un lugar geográfico sino que somos nosotros mismos?” dijo el papa ante la multitud que había comenzado a congregarse en la playa 12 horas antes que él llegara.
La playa, que también fue sede de los eventos con el papa y los peregrinos de las dos noches anteriores, se convirtió en el lugar de la vigilia y la Misa de clausura de la mañana siguiente después que varios días de inusualmente intensa lluvia convirtieran el Campus Fidei en un campo de fango y agua estancada.
Horas de música y baile, incluyendo las prácticas repetidas de los pasos de baile de lo que los organizadores esperaban que fuera el más grande “flashmob” del mundo, al final dieron paso a silencio entre la multitud y el batir de las olas durante la adoración eucarística liderada por el papa Francisco.
La oración y los sacramentos, él le dijo a los jóvenes, son absolutamente esenciales para el crecimiento en la fe.
Uno de los peregrinos, Denilson Paulo, de 19 años de edad de la parroquia San Marcos en la Arquidiócesis de Luanda, Angola, dijo que la vigilia era “un encuentro con Cristo, un encuentro con Dios” y “tiempo para orarle a Dios para que velara por los jóvenes aquí … los jóvenes del mundo”.
El resultado, dijo Paulo a Catholic News Service, tiene que ser que los peregrinos “lleven este mensaje a aquellos que no pudieron venir”.
El programa formal de la noche comenzó con discursos cortos de jóvenes: un exusuario de drogas de Río, un sacerdote, un hombre en silla de ruedas que había recibido disparos en un robo y una ministra de la juventud. Ellos contaron cómo llegaron a la fe, entonces cada uno añadió un tablón de madera a una “iglesia” que se estaba construyendo en la tarima.
El papa Francisco recordó la historia de San Francisco de Asís, quien escuchó al Señor decirle que reconstruyera su casa.
“De manera lenta pero segura Francisco llegó a darse cuenta de que no era cuestión de reparar un edificio de piedra, sino de hacer su parte para la vida de la iglesia”, dijo el papa.
El papa Francisco dijo que para el santo, así como para todos ellos, se trata de “estar al servicio de la iglesia, amándola y trabajando para que el semblante de Cristo brille siempre más resplandecientemente en ella”.
Diciéndole a los jóvenes que la iglesia necesita que todos y cada uno de ellos construya la iglesia y comparta el Evangelio con el mundo, el papa recurrió a la imagen del campo, lugar donde se siembran semillas, lugar donde los atletas entrenan y ejecutan, lugar donde edificios pueden ser construidos.
“Por favor”, les dijo, “dejen que Cristo y su palabra entren en sus vidas, florezcan y crezcan”.
En las parábolas de Jesús las semillas sembradas en terreno pedregoso o fértil son la palabra de Dios y la tierra es el corazón humano, él dijo.
“¿Qué tipo de terreno somos?”, él preguntó, el tipo donde la palabra de Dios solamente se queda en la superficie o comienza a crecer pero se marchita cuando el entusiasmo muere, o “terreno espinoso” donde “los sentimientos negativos ahogan la palabra del Señor en nosotros?”.
El papa Francisco le dijo a los jóvenes que está confiado de que ellos son terreno fértil, “no cristianos a tiempo parcial, no almidonados ni superficiales, sino reales”.
Pasando a una de sus pasiones y una por las cuales los brasileños son famosos, el papa Francisco habló de los campos de fútbol ??y especialmente de los atletas que entrenan y sudan y entrenan un poco más.
Jesús, él les dijo, quiere que ustedes “jueguen en su equipo”.
“Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa Mundial”, él dijo refiriéndose al campeonato de fútbol del cual Río será la sede en el 2014.
Jesús nos ofrece la posibilidad de una vida plena y fructífera en la tierra y de felicidad eterna en el cielo, él dijo, “pero él nos pide entrenar, ponernos en forma” mediante la oración regular, los sacramentos y amándonos los unos a los otros.
El papa hizo que los jóvenes repitieran con él: “Oración, sacramentos y ayudar al prójimo”.
Finalmente, él dijo que cuando los corazones de las personas están dispuestos a aceptar la semilla de la palabra de Dios y han “sudado” procurando vivir una vida cristiana, ”experimentamos algo tremendo: nunca estamos solos, somos parte de una familia de hermanos y hermanas, todos viajando en el mismo camino: somos parte de la iglesia”.
El papa Francisco dijo que la iglesia a la cual ellos están llamados a ayudar a construir no es “una capillita que acomoda solamente un pequeño grupo de personas”, sino una “iglesia tan grande que puede acomodar a toda la humanidad”.