Esta columna está dirigida a los fieles de la Diócesis de Madison. Cualquier circulación más amplia transgrede la intención del Obispo. |
Queridos amigos:
La Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo es un día muy hermoso e importante para nosotros, y la realidad que celebramos ese día tiene tal impacto e nuestras vidas que el tema parece ser repetitivo. Espero me sepan perdonar si miro un poco hacia atrás a la gran Fiesta del Corpus Christi que celebramos el 26 de junio, y reitere algunos pensamientos que compartí en mi homilía de la Misa ese día.
De hecho, fui bendecido este año con la experiencia de la fiesta del Corpus Christi dos veces. Habiendo estado en Roma para dar unas conferencias a los seminaristas de nuestra diócesis y de todo Estados Unidos, pude estar en la celebración que presidió el Santo Padre en el día tradicional del jueves. Luego, tres días después, puede estar de nuevo en casa, en Madison, en donde la conferencia de nuestros obispos decidió mover la fiesta al domingo.