Esta columna está dirigida a los fieles de la Diócesis de Madison. Cualquier circulación más amplia transgrede la intención del Obispo. |
Queridos amigos:
Pese a la continua concentración en los horrendos crímenes de relativamente pocos sacerdotes dentro de la Iglesia, seguimos avanzando, un pueblo de fe, conocedor del hecho de que nuestra Iglesia está compuesta por pecadores –nuestros sacerdotes y obispos incluidos–, pero cada uno de nosotros tiene fe en que Jesucristo mismo fundó esta Iglesia, para nuestra salvación, y que Él ha enviado al Espíritu Santo para protegerla de las “puertas del infierno”.
Sin importar los pecados de sus miembros, incluso los terribles pecados de algunos de sus ministros, el Espíritu Santo sigue con la Novia de Cristo para cuidarla, para reconciliar a todos sus miembros con Cristo, y darnos la vida eterna.