Queridos amigos:
Mientras termino este tiempo de reposo y recuperación, me encuentro impredeciblemente (al menos no habría sido capaz de predecir esto hace seis meses) con tiempo disponible para ver por televisión muchos de los eventos alrededor del funeral y entierro del Senador Edward Moore Kennedy. Para mí, este tiempo ha sido de oración y ha sido bien invertido porque conocía bastante del Senador Kennedy cuando era todavía bastante joven y yo también lo era todavía.
El Senador Kennedy y yo, hace muchos años, estábamos, según el entendimiento común, no muy listos para dar el paso y conocer a nuestro Juez. Había mucho tiempo disponible, asumíamos, para prepararnos para el día en que tuviéramos que estar de pie en esa línea, y abrazar esa parte de nuestra humanidad que consiste en la experiencia del misterio del sufrimiento y la muerte