RÍO DE JANEIRO (CNS) — El mosaico de centenares de banderas nacionales ondeando en el viento frío en la playa Copacabana fue simbólico, según peregrinos de todo trasfondo, impulsados ??por un mismo credo, participaron en la Misa de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud.
“Provenimos de diferentes culturas, hablamos idiomas distintos, pero cantamos las mismas canciones y tenemos la misma fe”, dijo Nancy Issa de Ramallah, Cisjordania. Issa y otros 20 palestinos vinieron a Brasil para los eventos del 23 al 28 de julio.
El arzobispo Orani Joao Tempesta de Río abrió oficialmente la Jornada Mundial de la Juventud con la Misa vespertina.
“Esta semana Río se convierte en el centro de la Iglesia, viva y joven”, él dijo. “El entusiasmo de estos jóvenes muestra la cara de los jóvenes católicos. … Celebro por todos aquellos que creen que un mundo nuevo es posible”.
La policía dijo que más de 400,000 peregrinos enfrentaron la lluvia para reunirse en la playa. Algunos reaccionaron con alegría y lágrimas cuando los jóvenes se abrieron camino hasta el escenario principal llevando la Cruz del Peregrino.
“Las emociones estaban muy altas”, dijo José Leonardo Chacín, de 27 años de edad, contador de Maracaibo, Venezuela. “Especialmente porque el papa es latinoamericano”.
Al comienzo de su discurso, el arzobispo Tempesta recordó al retirado papa Benedicto XVI, responsable de elegir la ciudad como sede de la Jornada Mundial de la Juventud del 2013. Más tarde él resaltó la importancia de este primer viaje al extranjero del papa Francisco.
“Esta Jornada Mundial de la Juventud estaba destinada a ser … el primer viaje apostólico del primer papa latinoamericano en la historia”, dijo el arzobispo.
En la multitud miles de argentinos vitoreaban. Cerca de allí un pequeño grupo de canadienses estaban extasiados por toda la celebración.
“Esto es tan grandioso. El entusiasmo, la pasión, todo es increíble”, dijo J.P. Martelino, de 18 años de edad, de la parroquia St. Patrick en Vancouver, Columbia Británica. Cuando se le preguntó qué se llevaría de la semana, Martelino respondió: “Definitivamente la energía. … Me llevaré eso a Canadá conmigo e intentaré reproducirlo de modo que pueda atraer más jóvenes a la iglesia”.
Después de la Misa la lluvia comenzó a aumentar y lentamente los peregrinos se dirigían a casa. Cansados y fríos, muchos todavía sonreían diciendo a Catholic News Service que este había sido un gran primer día.
“Creo que la Jornada Mundial de la Juventud es similar a ir a Meca para los musulmanes”, dijo Chacín. “Todo católico, sin importar la edad, debería hacerlo por lo menos una vez en su vida”.