Este pasado lunes, 1 de noviembre celebramos en la Iglesia Católica la Solemnidad de todos los Santos, celebración universal de nuestra Iglesia en la cual recordamos a todos aquellos que han partido al Reino en perfecta santidad. Debemos recalcar que esta solemnidad es diferente al Día de los Fieles Difuntos, el cual se celebra el 2 de noviembre; día también conocido como el Día de los Muertos, en el cual oramos y recordamos a nuestros hermanos y hermanas fallecidos que descansan en la paz del Señor.
La Santidad
“Que él [el Señor] los fortalezca interiormente para que sean santos e irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el día que venga Jesús, nuestro Señor, con todos sus santos.” (1 Tesalonicenses 3,13)
La Iglesia reconoce que personas santas han sido recibidas en las manos de Dios en el Reino de los Cielos. Muchos santos han sacrificado su vida por el Evangelio, la persona de Cristo y su Fe. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) nos recuerda que la Comunión de los Santos “designa también la comunión entre las ‘personas santas’ (sancti) en Cristo que ha ‘muerto por todos,’ de modo que lo que cada uno hace o sufre en y por Cristo da fruto para todos.” (CIC 961)
Es por eso que vivir en santidad, buscando las maneras de complacer al Señor mediante la oración, el sacrificio, el servicio, el amor a los demás, y el despeje de todo mal, no tan solo da una ganancia propia al Reino, pero también beneficia a todos nuestros hermanos y hermanas en la tierra y en el purgatorio. El Señor desea que habitemos en Su presencia eterna al final de nuestra vida terrenal y de esta manera disfrutar el gozo de los cielos mientras intercedemos por aquellos quienes lo necesitan.
Los Santos son muchos, reconocidos y algunos todavía sin reconocer. Los Santos que ya conocemos podemos convocarlos en la oración para que intercedan por nosotros delante de Dios. ¿Cuál es tu Santo favorito?
Orando por los Fieles Difuntos
El CIC también nos habla sobre los fieles difuntos y su papel dentro del plan divino de Dios, notando sobre la comunión de los fieles difuntos que: “la Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció sufragios por ellos; ‘pues es una idea santa y piadosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados’» (LG 50). Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor.” (CIC 958). La Iglesia Católica reconoce la existencia del cielo, el infierno, y el purgatorio. Es por esto que oramos por los fieles difuntos, las almas que vivieron una vida en Cristo, y que consideramos en el purgatorio para puedan pronto vivir en completa plenitud y santidad en el cielo, una vez sus almas hayan sido purificadas de sus pecados terrenales.
La Iglesia celebra
Cada año estas dos celebraciones de la Iglesia Católica son marcadas al inicio de noviembre, justo mientras vamos terminando el tiempo ordinario litúrgico, cuando muchas veces las lecturas nos hablan del final de los tiempos. Recordemos que nuestra vida no termina en la tierra, pero que tenemos la oportunidad de disfrutar de una vida con Cristo. Oremos por nuestros fieles difuntos en este mes de noviembre, y pidamos a todos los Santos de manera especial que intercedan por nosotros en la hora de nuestra muerte.
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