MADISON — La Parroquia de la Catedral tendrá su celebración anual de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe en la Santa Iglesia de Holy Redeemer, el 11 y 12 de diciembre.
Si bien María ha sido durante mucho tiempo la patrona de México, el Papa Santo Juan Pablo II la proclamó Patrona de las Américas en 1999. Juan Diego, a quien María se apareció en 1531, fue canonizado en 2002, convirtiéndose en el primer santo amerindio. Actualmente gente en toda América Latina — no sólo mexicanos — veneran a nuestra Señora de Guadalupe. Eso incluye a muchos inmigrantes latinoamericanos en los Estados Unidos. “Para nuestra comunidad inmigrante, la Virgen de Guadalupe representa la espera, la esperanza y los motivos para seguir viviendo, y luchando en este mundo.” (Pbro. José Eugenio Hoyos — Diócesis de Arlington, Va.)
El 11 de diciembre, la celebración comenzará a las 8 p.m. con canciones, una danza folclórica y el rezo del Rosario. La Misa en español, será celebrada por el Pbro. José Luis Vázquez y concelebrada por Mons. Kevin Holmes. El Obispo Robert Morlino estará presente en la Misa; y ya es su costumbre que después de la celebración de la Misa bendice a los feligreses. Por último, tendrá lugar la “Mañanitas” cantada en honor a la Santísima Virgen hasta las 2 a.m.Después de Misa tendremos un convivio en el comedor.
El 12 de diciembre, la celebración comenzará a las 9:30 a.m. con danzas folklóricas, las apariciones, y el rezo del Rosario. La Santa Misa es a las 12 del mediodía, y será celebrada por el Pbro. José Luis Vázquez. Después de la Misa, habrá un popurrí de canciones típicas hasta las 4:30 p.m.
En el comedor, después de Misa, habrá comida mexicana con postre incluido (contribuciones son muy apreciadas) y rifas “instantáneas” — a lo mejor aquí se ganan el regalo de Navidad que ustedes están buscando.
Vengan a la Santa Iglesia de Holy Redeemer para celebrar la Festividad de la Virgen de Guadalupe como un recordatorio de su eterno amor. Recordemos las palabras que Nuestra Señora de Guadalupe le dijo a Juan Diego: “¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No te encuentras bajo mi sombra, a mi cobijo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás tú en el pliegue de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?”