“Pero yo los volveré a ver, y sus corazones se regocijarán, y nadie les quitará su gozo” (Juan 16, 22). Esta promesa de Jesús en su discurso de despedida antes de Su Pasión y muerte es un momento notable de esperanza para los apóstoles y, de hecho, para todos nosotros. Sí, Jesús sufrirá una horrible crucifixión y una muerte prematura. Sí, Sus amigos serán destrozados por su abrumadora pérdida y su dolor. Pero contra toda expectativa humana, el Señor se levanta de la tumba para vivir para siempre, conquistando el poder aparentemente intratable del pecado y la muerte para todas las personas de todos los tiempos. Esta victoria épica del Hijo sobre el poder del Maligno es la fuente y el centro de nuestra fe pascual.
Muchas personas en nuestro mundo de hoy han perdido su alegría, o tal vez nunca la hayan tenido en primer lugar. Observar el estado del mundo, con la terrible guerra en Ucrania, el aumento de la violencia, la destrucción provocada por la pandemia, el repunte de las enfermedades mentales, la depresión y el suicidio, nuestra parálisis política y económica, puede dejarnos a todos con una falta de alegría, esperanza y confianza en el futuro. Es a nosotros, en este momento y en este lugar, que el Señor renueva Su promesa de alegría.
Cuando abrazamos la plenitud de la vida en las alturas en Jesucristo, practicamos nuestra fe católica, conocemos la gracia de los sacramentos, entramos en oración meditativa y tomamos en serio una vida de santidad y virtud, el Cristo resucitado nos imparte su gozo inefable. Esta alegría no significa que siempre seremos felices y tendremos paz en una vida libre de problemas. Significa que sabemos con absoluta convicción que no hay sufrimiento, enfermedad, tragedia, pecado o muerte que pueda robarnos nuestro amor por Jesús, quien ya ganó la victoria de la vida eterna para nosotros. Rezo para que conozcan la alegría de la Pascua en formas nuevas y maravillosas, mientras celebramos la Pascua del Señor, ¡Su Pascua de la muerte a la vida! ¡Nos regocijaremos para siempre con el Señor en el cielo, si le somos fieles y dejamos que Él nos ame y nos salve! ¡Felices Pascuas de Resurrección!