En un futuro cercano, la mayoría de los católicos en los Estados Unidos serán de origen hispano.
La rica cultura hispana, la profunda espiritualidad, el respeto por la vida y el amor a la familia son dones tremendos mediante los cuales millones de feligreses en todo nuestro país contribuyen a la vitalidad de la Iglesia local.
Aquí, en nuestra Diócesis de Madison, abrimos recientemente una Oficina del Ministerio Hispano y contratamos a Lorianne Aubut como su primera directora.
Personalmente, estoy agradecido por los dones y la energía que ella aporta a este ministerio.
Con una amplia experiencia pastoral, más recientemente en la Parroquia Santo Tomás de Aquino y una líder en el reciente V Encuentro, un proceso de planificación integral para los hispanos de EE. UU. en la Iglesia Católica, Lorianne ya ha comenzado a trabajar.
Metas para el ministerio
Algunas de las metas para el Ministerio Hispano en este primer año incluyen la formulación de un Consejo Asesor (ya logrado), visitas pastorales regionales dirigidas por Lorianne y yo con la Misa, compañerismo y conversación sobre oportunidades y necesidades, una comprensión inclusiva de los números, ubicación y la participación de los hispanos en nuestras parroquias, y los inicios de un plan pastoral hispano integral para la Diócesis de Madison.
Muchos de nuestros hermanos y hermanas hispanos son inmigrantes con conocimientos limitados del inglés; muchos viven en pobreza relativa, luchando por criar a sus hijos y también para ayudar a sus familiares en casa; y como todos los demás, muchos necesitan una mayor catequesis y estímulo para ser activos en su parroquia.
Los recién llegados a nuestro país pueden sentirse como ciudadanos de segunda clase y necesitan ser amablemente recibidos en nuestras comunidades, para que se sientan como en casa en nuestra Iglesia local.
Parte de la Iglesia
Los católicos hispanos no son simplemente el objeto de nuestra preocupación pastoral.
Como mencioné anteriormente, los hispanos católicos traen dones poderosos a nuestras parroquias: una fe profunda, una espiritualidad alegre, una fuerte ética de trabajo, un compromiso integral con los valores de la vida y la familia.
Son colaboradores de la Iglesia en general, como lo son todos los bautizados, para edificar el Cuerpo de Cristo y evangelizar el mundo.
A medida que continuamos implementando nuestra iniciativa Vayan y Hagan Discípulos, buscando evangelizar nuestras comunidades locales, cuento con nuestros hermanos y hermanas hispanos para que se unan a este esfuerzo por transformar corazones y mentes en la vida abundante del Evangelio.
¡Con gran esperanza y gratitud, doy la bienvenida a Lorianne en este nuevo trabajo y oro para que de estos muchos y variados esfuerzos surja un rico fruto espiritual!