Artículo tomado de los originales de ewtn.com y aciprensa.com
Basílica de San Pedro — 18 de noviembre
Según la tradición, el martirio de San Pedro (crucificado cabeza abajo) tuvo lugar en los jardines de Nerón en el Vaticano, donde se construyó el Circo de Calígula y se afirma que fue sepultado cerca de ahí.
Algunos autores sostienen que, en el año 258, se trasladaron temporalmente las reliquias de San Pedro y San Pablo a una catacumba poco conocida llamada San Sebastián a fin de evitar una profanación, pero años después, las reliquias fueron trasladadas al lugar en que se hallaban antes.
En el año 323, Constantino comenzó a construir la basílica de San Pedro sobre el sepulcro del Apóstol.
La basílica permaneció idéntica por dos siglos, y poco a poco los Papas fueron estableciendo junto a ella, al pie de la colina Vaticana, su residencia, tras el destierro de Avignon.
Su construcción la empezó el Papa Nicolás V en 1454.
La construcción duró 170 años, bajo la dirección de 20 Sumos Pontífices.
Junto a ella en la colina llamada Vaticano fueron construyéndose varios edificios que pertenecían a los Sumos Pontífices.
Durante siglos fueron [embelleciendo] cada vez más la Basílica. La nueva basílica de San Pedro, tal como se ve hoy, fue consagrada por Urbano VIII el 18 de noviembre de 1626, y el altar mayor fue construido sobre el sepulcro de Pedro.
Trabajaron en ella los más famosos artistas como Bramante, Rafael, Miguel Angel, y Bernini. Su hermosura es impresionante.
Cuando los Sumos Pontífices volvieron del destierro de Avignon el Papa empezó a vivir en el Vaticano, junto a la Basílica de San Pedro (hasta entonces los Pontífices habían vivido en el Palacio, junto a la Basílica de Letrán) y desde entonces la Basílica de San Pedro ha sido siempre el templo más famoso del mundo.
La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho, y 133 metros de altura en su cúpula.
Ocupa 15,000 metros cuadrados. No hay otro templo en el mundo que le iguale en extensión.
Basílica de San Pablo — 18 de noviembre
Hoy recordamos también la consagración de la Basílica de San Pablo, que está al otro lado de Roma, a 11 kilómetros de San Pedro, en un sitio llamado “Las tres fontanas,” porque la tradición cuenta que allí le fue cortada la cabeza a San Pablo y que al cortársela cayó al suelo y dio tres golpes y en cada golpe salió una fuente de agua (y allí están las tales tres fontantas).
El cadáver fue sepultado a tres kilómetros de ahí, en la propiedad de una dama llamada Lucina.
La gran Iglesia de San Pablo Extramuros fue construida principalmente por el emperador Teodosio I y el Papa San León Magno.
En 1823 fue consumida por un incendio. Con limosnas que los católicos enviaron desde todos los países del mundo se reconstruyó, haciendo una imitación de la anterior y fue consagrada por el Papa Pío IX el 10 de diciembre de 1854, pero la fecha de su conmemoración se celebra en este día [18 de noviembre], como lo hace notar el Martirologio.
En los trabajos de reconstrucción se encontró un sepulcro sumamente antiguo (de antes del siglo IV) con esta inscripción: “A San Pablo, Apóstol y Mártir”.
Estas Basílicas nos recuerdan lo generosos que han sido los católicos de todos los tiempos para que nuestros templos sean lo más hermoso posible, y cómo nosotros [podemos y] debemos contribuir generosamente para mantener bello y elegante el templo de nuestro barrio o de nuestra parroquia.