Artículo publicado en aciprensa.com
En la parte 1 de Celebrando la Divina Misericordia, vimos los primeros cinco datos importantes a saber sobre esta celebración de la Iglesia Católica — una celebración reconocida e instituida por San Juan Pablo II.
Aprendimos que esta “devoción al Señor de la Divina Misericordia congrega a millones de católicos que cada año expresan su amor y gratitud a Jesús, a través del rezo de novenas, de la Coronilla de la Divina Misericordia, procesiones, entre otras prácticas religiosas. [Y que] se ha extendido en todo el mundo por las gracias especiales que el Señor concede a sus fieles devotos”.
A continuación, compartimos [el resto de los] datos que todo católico debe saber sobre el Domingo de la Divina Misericordia:
6. Esta devoción cuenta con oraciones particulares
La Coronilla es un conjunto de plegarias utilizadas como parte de la devoción a la Divina Misericordia.
Se suele rezar a las 3:00 pm (el momento de la muerte de Jesús) utilizando las cuentas del Santo Rosario, pero con oraciones diferentes. Puede acceder a la Coronilla en el siguiente enlace.
7. La Divina Misericordia está vinculada al Evangelio del segundo Domingo de Pascua
La imagen de la Divina Misericordia representa a Jesús en el momento en que se aparece a los discípulos en el Cenáculo — tras su Resurrección — cuando se les da el poder de perdonar o retener los pecados.
Este momento está registrado en Juan 20: 19-31, que es la lectura del Evangelio de este domingo.
Ese pasaje se lee ese día porque incluye la aparición de Jesús al Apóstol Tomás, en la que lo invita a tocar sus llagas. Este evento ocurrió en el octavo día después de la Resurrección (Jn 20:26) y por ello se utiliza en la liturgia ocho días después de la Pascua.
8. Los sacerdotes tienen una facultad especial para administrar la Divina Misericordia
En Jn 20: 21-23 se dice: “Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío’. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos’”.
9. La Confesión es la acción de la Divina Misericordia hasta el fin de los tiempos
Jesús capacitó a los Apóstoles (y a sus sucesores en el ministerio) con el Espíritu Santo para perdonar o retener (no perdonar) los pecados.
Debido a que están facultados con el Espíritu de Dios para hacer esto, su administración del perdón es eficaz: realmente elimina el pecado en lugar de ser sólo un símbolo de perdón.
10. En las revelaciones privadas Jesús le da suma importancia a su segunda Venida
Jesús promete regresar en gloria a juzgar al mundo en el amor, como claramente lo dice en su discurso del Reino en los capítulos 13 y 25 de San Mateo.
Sólo en el contexto de una revelación pública como es enseñado por el Magisterio de la Iglesia se puede situar las palabras de la revelación privada dada a Sor Faustina:
“Prepararás al mundo para Mi última venida”. (Diario 429)
“Habla al mundo de mi Misericordia . . . Es señal de los últimos tiempos después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia”. (Diario 848)
“Habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi justicia”. (Diario 965)
“Estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visita”. (Diario 1160)
“Antes del Día de la justicia envío el día de la misericordia”. (Diario 1588)
“Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia”. (Diario 1146)
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.