Durante el próximo mes y medio estaremos celebrando a nuestra Madre, la Virgen Santa María mientras nos preparamos, en esta Pascua, a entrar al mes mariano, el mes de mayo. De manera especial el 18 de mayo estaremos invitando a todos los feligreses hispanos a un Festival Mariano diocesano en la Iglesia Inmaculado Corazón de María del pastorado Stella Maris en Monona. Durante el evento habrá Misa en español, una procesión mariana, y una exhibición de las diferentes advocaciones en Latinoamérica y un almuerzo para compartir. Para confirmar su asistencia viste la página diocesana del Ministerio Hispano:
madisondiocese.org/festival-mariano
Inspirados en María
Es por eso que inspirados en María hacemos este recorrido de diferentes advocaciones y títulos marianos que la Iglesia Católica le ha otorgado a la Santa Madre Dios. Algunos de los artículos harán referencia a advocaciones muy conocidas por muchos católicos mientras otros serán sobre advocaciones latinoamericanas reconocidas en solo algunos países. Estaremos aprendiendo un poco de la historia de cada advocación en cada artículo para así profundizar en nuestro amor y conocimiento de la Santa Virgen María. Este primer artículo horna el título de Nuestra Madre del Buen Consejo conocida mundialmente y la cual se celebra el 26 de abril.
Según la página de los Agustinos
La página en línea de los Agustinos de la Providencia de Santo Tomás de Villanova comienza su narración sobre este título especial de la Madre diciendo que “honramos a María en la Iglesia bajo muchos títulos. Esta celebración [de Nuestra Madre del Buen Consejo] es particularmente querida por los agustinos de todo el mundo. Esa tierna imagen de madre e hijo es tanto muy humana como muy ilustrativa de una profunda verdad espiritual. María, madre de su pequeño hijo, es también su primera y más fiel discípula. Aquel que es su Señor la abraza afectuosamente mientras ella, su madre, recibe de Él palabras de sabiduría y consejos”.
Historia sobre la Madre del Buen Consejo
Y se continúa narrando en la página de los Agustinos de la Providencia de Santo Tomás de Villanova que “la devoción agustiniana a María bajo el título de Nuestra Madre del Buen Consejo tiene su origen en la iglesia de la ciudad montañosa de Genazzano, Italia, donde se han ubicado los agustinos desde el siglo XIII. Originalmente su monasterio estaba situado a las afueras de la ciudad, pero un siglo después fueron invitados a hacerse cargo de la iglesia parroquial de Nuestra Madre del Buen Consejo en el centro de la ciudad. Cuando los frailes decidieron renovar y ampliar la iglesia ocurrió un hecho que llegó a considerarse milagroso, y que llamó la atención de grandes multitudes de personas.
El 25 de abril de 1467, mientras se reparaba una pared lateral y se retiraba una figura de mármol de la Virgen, apareció, donde había estado colgada la figura, una imagen de María y el Niño Jesús. A partir de ese momento el título de iglesia se aplicó también a la imagen. Según una antigua tradición, este mismo icono, venerado en Albania con el nombre de Nuestra Señora de Scutari o Nuestra Señora de los Albaneses, desapareció repentinamente de una iglesia cuando Albania estaba siendo invadida por infieles. La leyenda dice que flotó desde la iglesia y fue perseguida por dos hombres albaneses hasta que llegaron a Genazzano y reconocieron la imagen como propia.
La noticia de la “aparición” de la imagen, unida a la historia de los albaneses, ha provocado que la iglesia, desde entonces, sea destino de numerosos peregrinos, entre ellos varios papas, santos y beatos. El Papa Juan XXIII fue un peregrino al santuario en vísperas del Concilio Vaticano Segundo, y el Papa Juan Pablo II lo visitó antes de viajar a Albania para restablecer la jerarquía allí tras el colapso del comunismo. León XIII había declarado la iglesia Basílica Menor en 1903 y en abril de ese año introdujo la advocación “Madre del Buen Consejo” en las Letanías de Loreto. El beato Esteban Bellesini fue párroco de esta iglesia durante nueve años hasta su muerte en 1840. Sus venerados restos se conservan en una capilla lateral de la basílica.
Notamos el “buen consejo” de María en varias escenas del Evangelio, especialmente en Caná, cuando la madre de Jesús dice: “Hagan lo que él les diga” (Jn 2, 5). San Agustín nos recuerda que, si bien María es bendita por ser la madre de Jesús, lo es aún más por ser su discípula. De hecho, como primer discípulo de su hijo, ella nos presenta [a Jesús] como nuestro maestro, nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida, como lo fue para ella”.
Honremos a la Madre
Nombremos y honremos el santo nombre de la Virgen María con su título Nuestra Madre del Bueno Consejo y pidámosle a ella que nos guie hacia los pasos de Jesucristo. Cuando nos sentimos preocupados, confundidos, perturbados, y sin un camino claro, ofrezcámosle nuestros brazos, corazones y mentes para que ella con la fortaleza del Espíritu Santo pueda otorgarnos las palabras y pensamientos correctos. Recordemos que el deseo de Maria es llevarnos más profundamente a los brazos y el corazón de su Hijo, ¡así que dejémosla obrar!