Esta columna es la comunicación del Obispo con los fieles de la Diócesis de Madison. Cualquier circulación más amplia va más allá de la intención del Obispo. |
Queridos amigos,
Ahora seguramente ya han escuchado las alarmantes (sino chocantes) noticias de la semana pasada: los medios de comunicación, las celebridades, los bloggers e incluso grupos abortistas que han decidido ayudar a la Iglesia en la evangelización de nuestro mundo y ¡predicando a Jesucristo! ¡Gracias a Dios!
Por supuesto, eso no es lo que en realidad ha sucedido, ni siquiera de cerca. Sin embargo tengo mucha esperanza y aquí les digo por qué:
La semana pasada, una publicación católica de noticias publicó una extensa entrevista con nuestro Santo Padre, el Papa Francisco. La entrevista iba desde las pequeñas cosas de Jorge Bergoglio hasta el rol de las mujeres en la Iglesia; y desde los artistas favoritos del Santo Padre hasta nuestra misión mundial. Fue una entrevista muy completa, para decir lo menos.
Lo fundamental de las palabras del Papa, sin embargo, es lo mismo que él ha estado diciendo: la Iglesia tiene que recomenzar para predicar el mensaje de Jesucristo con gran fervor y alegría, tenemos que renovar nuestros esfuerzos para ir a todos los pueblos y naciones, hablándoles del inmenso amor de Dios por ellos e invitándolos, una vez más, a la relación con Él.
Con este fin, el Papa enfatizó que debemos mantenernos concentrados adecuadamente en nuestra misión. Es el mensaje de Cristo y su deseo de que todos se salven, lo que viene primero, afirma el Santo Padre y, además (incluyendo los temas del aborto, la homosexualidad y la anticoncepción) debe fluir solamente desde ese mensaje. Si tratamos de poner las cosas ante Cristo, dijo, la Iglesia seguramente fracasará en su misión.
Es un mensaje hermoso, dado a tiempo: para ser cristiano tenemos que seguir a Jesucristo, tenemos que amar como Él ama, tenemos que pensar como Él piensa.