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Esta columna es la comunicación del Obispo con los fieles de la Diócesis de Madison. Cualquier circulación más amplia va más allá de la intención del Obispo. |
Queridos amigos:
El sábado pasado, junto con muchos de ustedes estoy seguro, acogí el llamado mundial del Papa Francisco para ofrecer un día de oración y ayuno por la paz, especialmente por la paz en Siria. Mientras escribo esta columna, las cosas están cambiando y debemos ver todos qué sucede en cuanto a la acción en Siria y en todo Medio Oriente.
¡Ya hay sufrimiento, sin duda! La situación en Siria y en toda esa parte del mundo es terrible, pero la necesidad de paz se entiende bastante más allá del Medio Oriente, y se necesita la paz en un nivel más profundo para todos nosotros.
Sin considerar el resultado de las deliberaciones actuales respecto a Siria, nuestro trabajo por la paz debe seguir. Si deseamos la paz, tenemos que examinar nuestra consciencia y nuestro trabajo por la paz en nuestras vidas primero, para buscar una paz que no sea enturbiada. Hay mucho de eso más abajo.
Recordar el 11-S
No puedo dejar de mencionar que esta semana celebremos el aniversario del 11 de septiembre de 2001, cuando muchos estadounidenses conocieron al Príncipe de la Paz y, ahora seguimos rezando, para llegar a Él.
Por supuesto, la violencia del terrorismo es un atentado directo para arrebatar a buena parte de la gente su paz, no solo a los inmediatamente afectados sino a aquellos que siguen viviendo en el miedo, en el terror. Que el Señor siga erradicando el temor de nuestras vidas, reemplazándolo con esperanza: la esperanza que sólo Él puede dar.