ENFIELD, Connecticut (CNS) — Durante el verano el tabaco crece prácticamente como yerba mala bajo mallas blancas y en campos abiertos por todo el valle tabacalero del Connecticut central.
Casi al final de junio, cuando las plantas están aproximadamente a la altura de la rodilla, los trabajadores migratorios que han viajado miles de millas en autobús desde México y más allá, o por aire desde Puerto Rico, comienzan a llegar para empleos de tres meses cultivando la cosecha en granjas de Connecticut. Y con su llegada la parroquia St. Patrick continúa su programa de ministerio hispano de hace mucho tiempo de cultivar la fe de ellos.
Todas las noches de lunes, desde finales de junio hasta fines de agosto, dos autobuses escolares recogen 100 hombres o más en su campamento en Windsor para llevarlos a Misa y a una comida en St. Patrick.
Aunque sus esfuerzos están centrados en proveer transporte en autobús hasta la Misa y comida semanalmente, cada temporada el ministerio ofrece una amplia gama de servicios a su comunidad migratoria temporal. Tal vez el principal de estos es la obra evangelizadora de preparar a muchos de los trabajadores para recibir los sacramentos de iniciación, evento que se ha convertido en una celebración anual en St. Patrick.