Esta columna es la comunicación del Obispo con los fieles de la Diócesis de Madison. Cualquier circulación más amplia va más allá de la intención del Obispo. |
El verano pasado tuve el honor de ser parte de la Conferencia del Napa Institute respecto al liderazgo católico. Allí me referí a la relación entre libertad, belleza y sentimientos, en el contexto de la verdad en la que la democracia requiere una libertad auténtica de parte de quienes son bendecidos con vivir en esa forma de gobierno. He tocado brevemente algunos de esos temas aquí antes, pero me gustaría examinarlos nuevamente.
En mi ponencia dije que la democracia requiere la verdadera libertad, y la verdadera libertad se da sólo cuando los sentimientos son formados por la belleza de modo que los sentimientos pueden integrar a toda la persona, su cuerpo y alma, al realizar una acción que es verdaderamente representativa sobre quién es la persona. Así, para tener libertad, que es esa integridad personal, necesitamos sentimientos que son formados por la belleza.