Queridos amigos:
Como muchos de ustedes deben saber, en las semanas pasadas tuve mi retiro anual. No doy por descontada la bendición que fue haber tenido ese tiempo de oración, silencio y escucha del Señor.
Sé bien que las exigencias cotidianas de la vida hacen casi imposible para la mayoría de nosotros, especialmente en estos días y en esta época, tomarse un tiempo para un retiro espiritual. Sin embargo los aliento a tratar de encontrar el tiempo necesario para esta experiencia. (Aquí en nuestro centro diocesano acabamos de ofrecer un retiro de fin de semana y hay muchas oportunidades en diversos lugares y en distintos momentos del año).