Esta columna está dirigida a los fieles de la Diócesis de Madison. Cualquier circulación más amplia transgrede la intención del Obispo. |
Queridos amigos:
Al entrar en esta Semana Santa, somos muy conscientes de la ausencia del Obispo Bullock, del Obispo Wirz, de Mons. Wil Schuster, y de Mons. Tom Campion, quienes recientemente han sido llamados al encuentro con Cristo. Los extraño mucho personalmente y, sin entrar en detalles, la muerte de cada uno de ellos puede ser vista como el final de una era distinta en la diócesis de Madison. Su fallecimiento nos recuerda que, como dice la Escritura, “el mundo como lo conocemos está pasando”. La verdad de ese misterio nos incluye también a nosotros.
Hay mucho por lo cual estar agradecidos por la vida de nuestros dos buenos obispos y estos dos buenos sacerdotes, quienes ahora contemplan el rostro de Cristo. Los recordamos con esperanza e incluso con alegría, en términos del maravilloso camino por que el vivieron y murieron. Ese destino, claro está, no es otro que el Cielo.