Esta columna está dirigida a los fieles de la Diócesis de Madison. Cualquier circulación más amplia transgrede la intención del Obispo. |
Queridos hermanos en Cristo:
Como dije la semana pasada, ¡ustedes, sus parroquias y sus pastores tienen que ser altamente encomendados en general! Como familia diocesana, hemos demostrado mucho amor por el prójimo al recaudar en nuestra diócesis la cantidad nada despreciable de 508 130.02 dólares para nuestros hermanos y hermanas de Haití.
Muy poco después del devastador terremoto, el Papa Benedicto XVI prometió al pueblo de Haití las oraciones y el apoyo concreto de los católicos en todo el mundo. Incluso antes de que el Santo Padre hiciera estas promesas, Catholic Relief Services ya estaba en Haití con los heridos y los fallecidos. Ustedes y sus parroquias preguntaban “¿qué podemos hacer?” y nuestras oficinas diocesanas estaban organizando la manera en que podíamos responder.
Hay mucho duelo con la pérdida de vidas e importantes estructuras, la creciente pobreza, el crimen, el hambre y tantas necesidades de aquellos aún devastados en Haití. Hay mucho por hacer por estos hermanos y hermanas nuestros que tanto sufren. Pero también debemos experimentar un cierto sentimiento de alegría ya que por amor al prójimo estamos respondiendo a esta necesidad de modo significativo. Gracias a ustedes por su generosa ayuda por aquellos afectados por esta tragedia.
Ayuda a través de Catholic Relief Services
Como saben, cada centavo enviado a través de la diócesis para los haitianos se envía a Catholic Relief Services, mientras sigan cuidando de aquellos en Haití. Catholic Relief Services (CRS) es la agencia humanitaria internacional de los católicos de Estados Unidos y hace mucho bien por muchos en todo el mundo.
Mediante CRS trabajamos con la Iglesia universal para asistir a más de 100 países. Cuando sucede un desastre natural como el terremoto de Haití, CRS siempre es uno de los primeros grupos en dar asistencia directa. Cuando las naciones, por razones políticas, no pueden ingresar a un área necesitada, CRS sí puede y ayuda a las personas sin importar credo, política o nacionalidad. Simplemente es muy difícil encontrar una mejor agencia para nosotros, como católicos para ayudar a los más vulnerables en todo el mundo.
Dar limosna caritativamente en esta Cuaresma
La Cuaresma comienza esta semana y, junto a la oración y el ayuno, estamos llamados a dar limosa caritativamente durante este tiempo santo. Damos en nuestras parroquias a caridades locales, y mediante CRS podemos seguir asistiendo el trabajo de caridad por los más pobres entre los pobres en todo el mundo. Por favor sigan dando a CRS, directamente o a través de Operation Rice Bowl (Operación Taza de Arroz), con la que seguramente ustedes están familiarizados. Catholic Relief Services, que ayuda a tantos en el mundo, necesita nuestro apoyo continuo. Así que por favor hagan lo que puedan y sigan contribuyendo con CRS.
Asimismo no podemos olvidar que hay muchos aquí entre nosotros que son necesitados. En este tiempo de mayor oración y entrega personal me gustaría alentar a acercarnos a nuestros hermanos en la zona sur-central de Wisconsin. A través de nuestras parroquias, nuestra Iglesia diocesana y agencias cercanas como las Catholic Charities (Caridades Católicas) tenemos muchas oportunidades para servir a estos hermanos durante el tiempo de Cuaresma.
Así como nos preguntábamos el mes pasado en cuanto a los problemas de Haití: “¿qué podemos hacer?”, debemos preguntarnos constantemente “¿qué podemos hacer por aquellos que sufren en nuestras propias comunidades?” Con el desempleo en Wisconsin cercano al nueve por ciento y un considerable número de nuestras granjas e individuos en pueblos y ciudades golpeados duramente por la crisis económica, estamos en una posición única de llegar y servir a nuestros amigos necesitados. Por favor consideren esto y recen por ello, ya que las oportunidades para dar aparecen siempre en esta Cuaresma.
Tiempo para buscar la conversión y compartir el amor de Dios
Más que nada, la gente de este mundo, de todas las formas de vida, niveles de ingreso y nacionalidades, necesitan el diálogo continuo hacia el entendimiento de la verdad: que es Jesucristo que nunca decepciona. La Cuaresma es un tiempo para buscar la conversión y un mayor entendimiento de nuestras vidas, pero también necesitamos rezar con y por otros y hacer todo lo que podamos para compartir el amor de Cristo con otros. Su amor cambiará los corazones y el mundo. Damos caritativamente durante la Cuaresma, y siempre, debido al amor de Dios. Pero no olvidemos darles a otros lo que más necesitamos, que es ese mismo amor de Dios.
Gracias por leer esto. Que la bendición del Señor los llene a ustedes y sus familias y seres queridos durante este tiempo de Cuaresma. ¡Alabado sea Jesucristo!