Mi gran afecto por la Universidad de Notre Dame, que fue creciendo durante los años que estuve allí; así como mi gran aprecio por su Presidente, el Padre Jenkins, han hecho que no me haya referido antes, por escrito, al asunto del Presidente Obama y su discurso en esta casa de estudios en donde además recibirá una distinción honoraria al iniciarse el año lectivo. Sin embargo, ha llegado el momento en que tengo que hacerlo.
En primer lugar, permítanme decir que si yo fuera el Presidente de la Universidad de Notre Dame, nunca hubiera invitado al Presidente Obama para que hable al inicio del año y mucho menos que sea distinguido con el Doctorado Honoris Causa. Simplemente nunca lo hubiera hecho y cualquiera que me conoce lo sabría.
En segundo lugar, un Doctorado Honoris Causa en Derecho de la Universidad de Notre Dame me indicaría que quien lo recibe, conoce y entiende la Ley Natural. El Presidente Obama no es católico y no está ligado por ella a la enseñanza de la Iglesia Católica sobre estos asuntos, por lo tanto sus posiciones pro-aborto y pro-investigación con células estaminales embrionarias están basadas en la inconciencia o en el rechazo a la Ley Natural (que es la ley de la razón, sin importar la fe personal o la falta de ésta). Nadie que rechace la Ley Natural o que no sea consciente de ella debería recibir un Doctorado Honoris Causa en Derecho de la Universidad de Notre Dame.
Asimismo, tengo que admitir que con frecuencia invito e instruyo a personas sobre la Ley Natural y que yo mismo no he tenido éxito en hacer que algunos líderes políticos católicos la acepten y la vivan. Por ello, considero que es difícil para mí esperar que el Presidente Obama la acepte en medio de una cultura relativista, pese a que esta Ley Natural puede conocerse sólo con la razón. En tal razón, el Presidente Obama parece ser una víctima del relativismo y el secularismo que están tan incrustados en la cultura estadounidense. Yo rezo por él al respecto.
En tercer lugar, me preocupa que los estudiantes de la Universidad de Notre Dame, que son algunos de los mejores hombres y mujeres del mundo, puedan pensar que de alguna manera la Iglesia o los obispos no los quieren. Quiero que sepan que pese a las dificultades que rodean la distinción del Presidente Obama, los obispos de los Estados Unidos los quieren mucho y esperan lo mejor para su futuro, que será un futuro en el que promuevan la Verdad que Jesucristo enseña a través de su Iglesia; y que toda la sociedad puede conocer a través de la Ley Natural.
Estas son las cuestiones básicas que veo con respecto a la situación actual de la Universidad de Notre Dame, que ha concitado una gran atención a nivel nacional.
Por favor, únanse a mí en oración por la Universidad de Notre Dame y por el P. Jenkins en estos días difíciles. Mientras defendemos la Verdad ante las amenazas contra la vida, algo que siempre tenemos que hacer, defendamos también la Verdad de amor y respaldemos afectuosamente a los estudiantes de Notre Dame, especialmente a la clase que se gradúa este año.
Muchas gracias por leer esto. Que Dios los bendiga. Que tengan un maravilloso y bendito descanso de verano.
!Alabado sea Jesucristo!