Queridos amigos,
Gracias a Dios y gracias a ustedes, mis hermanos sacerdotes, diáconos, a nuestras hermanas religiosas y a toda nuestra familia diocesana por su apoyo y oraciones durante estos días. Mi periodo de descanso por la arritmia cardiaca casi llega a su término. Espero con ansias ordenar a nuestros tres nuevos sacerdotes de la Sociedad de Jesucristo Sacerdote, para nuestra diócesis, este viernes. Con las ordenaciones, este día será de gran alegría para mí y, Dios mediante, le hará bien a mi corazón. Sin embargo, debo decir, estoy especialmente contento por estar de vuelta con esta ocasional forma de comunicación.