Adviento: Prepárense a recibir el espíritu de navidad
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Bajo el Libro del Evangelio
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Queridos amigos,
El tiempo de adviento nos recuerda que la espera de la venida del reinado del cielo al final de la historia a la vez que nos preparamos a celebrar el nacimiento de Cristo en navidad. Es bueno recordarnos al acercarse la navidad que es lo que podemos hacer y lo que podemos evitar para prepararnos bien.
Juan el Bautista nos guía hacia el Salvador
Las figuras de Juan el Bautista y Nuestra Madre Santa por lo cual las liturgías de adviento nos presenta en muchas ocaciones, nos dicen lo que debemos de hacer. Juan el Bautista sabía que él no era el mesías y que él no tenía que serlo tampoco. Todo lo que él tenía que hacer era guiarnos hacia el Salvador verdadero del mundo - "he aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo."
"Y de hecho la única cosa que tenemos que hacer para prepararnos para navidad es tratar de imitar a Juan el Bautista guíandonos hacia el Salvador e imitar más a nuestra Santa Madre que perdió el derecho a cualquier otro propósito en nuestra vida excepto el hacer esas cosas que representan el estar esperándolo con un corazón abierto y puro."
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Con lo que decimos y hacemos estamos llamados a recordarles a nuestros hermanos y hermanas lo que el Mesías es en realidad sin intentar de hacerlo todo nosotros mismos. Juan el Bautista con su vida y muerte nos recuerda a todos perfectamente que solo Jesuscrito es todo para todos, y a través del adviento, y también todos los otros días nunca deberíamos de terminar de buscar formas de repetir esta convicción de San Juan el Bautista.
Nuestra Santa Madre esperó
Nuestra Santa Madre fue la única que en realidad espero por el nacimiento de Cristo desde el momento de la concepción. Ella era la única que sabía lo que estaba sucediendo aunque su entendimiento total no estaba muy claro. Ella permitio que su vida en su totalidad fuera determinada y definida momento por momento, ella permitio que su horario fuera determinado por ella, ella dejo que sus prioridades fueran indicadas por la venida de Su Salvador.
Desde el momento de la concepción de Jesus el Señor en su vientre cuando ella esperaba que se le revelara Su venida, ella no tuvo vida propia. Ella simplemente espero el Salvador. Esta clase de enfoque es lo que le permite a una persona a estar dispuesto a recibir el regalo del espíritu de navidad, lo cual, mucha gente termina lamentando que de alguna forma ellos no lo experimentaron después de que pasan las fiestas-"no pude entrar en el ambiente de navidad de este año." Ciertas cosas pueden distraer nuestra atención con la venida del Salvador lo que hacen imposible que nos pongamos en el ambiente del espíritu de navidad y tan difícil como lo suena, deben de evitarse.
Evite el estres de las fiestas, fije su atención en Cristo
Aquí el culpable más importante es el estres adicional que viene con navidad con las reuniones sociales, las compras, el intercambio de regalos, esas partes de navidad que son maravillosas si se ponen en segundo lugar en la venida de Cristo. Pero cuando esas otras cosas llegan a estar de primero en nuestras prioridades, Cristo mismo se elimina de la navidad y no es sorprendente que la gente se lamenta de que no pudieron entran en el ambiente de navidad en un año dado.
Hay muchas cosas en nuestra cultura que pensamos que tenemos que hacer: tenemos que enviar tarjetas de navidad, tenemos que organizar reuniones sociales, tenemos que comprar ciertos regalos aunque esas compras nos pongas en desventajas financieras que no solo añaden estres ahora pero en el futuro. Pensamos que tenemos que hacer todo eso.
Y de hecho la única cosa que tenemos que hacer para prepararnos para navidad es tratar de imitar a Juan el Bautista guíandonos hacia el Salvador e imitar más a nuestra Santa Madre que perdió el derecho a cualquier otro propósito en nuestra vida excepto el hacer esas cosas que representan el estar esperándolo con un corazón abierto y puro. Mientras todos sabemos éstas cosas, todos nosotros todos los años tenemos esos mismos pensamientos, casi nunca los ponemos en práctica y con mucha frecuencia perdemos nuestro control del espíritu de navidad, un regalo tan maravilloso que Cristo quiere que tengamos.
Si queremos cambiar en éste tiempo de adviento y terminar con las preocupaciones de esas cosas que eliminan el espíritu de navidad, lo menos que podemos hacer es guiarnos en esa dirección correcta. Seria maravilloso si podemos tomar tiempo al principio de adviento planear lo que podemos hacer para guiarnos hacia la dirección correcta y empezar bien desde el principio. El menor esfuerzo u ofrecimiento que le podemos hacer al Señor sería recompensado con el flujo desproporcionado del regalo del espíritu de navidad lo cual alegra nuestra esperanza cuando continuamos todos los días en nuestro peregrinaje a través de éste mundo, un mundo muchas veces sin esperanza.
Roguemos por cada uno de nosotros para que tengamos un tiempo de adviento santo y bendito y que nos regocijemos más en el recibimiento de la alegría y esperanza de navidad. Gracias por leer este artículo. Dios los ama y los bendiga. Bendito sea Jesucristo!
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