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16 de octubre de 2003

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"Bajo el Libro del Evangelio"

Reflexiónes en el Santo Padre,
la Madre Teresa, los sacerdotes

Ilustración del Libro del Evangelio abierto por encima de la cabeza del Obispo
Bajo el Libro
del Evangelio

+ Obispo Robert
C Morlino

Queridos amigos,

Grandiosos días nos esperan ésta semana cuando tenemos el privilegio de celebrar el 25 aniversario del obispo de Roma nuestro Santo Padre este jueves y además la beatificación de nuestra querida Madre Teresa el próximo domingo 19 de octubre.


"Al buscar y hacer la voluntad de Dios - ahí es donde se encuentra la auténtica forma de servir."

Ya he escrito anteriormente acerca de los logros de nuestro Santo Padre y ahora quiero renovar nuestra expresión de lealtad y mucho afecto hacia él. Como le dije cuado fui consagrado obispo, un compromiso que renové cuando fui nombrado como obispo de Madison,: "yo amo al Santo Padre, y le prometo a nuestro Santo Padre una fidelidad inagotable y verdadera obediencia siempre y sin reservas." Hablo en serio, y estoy muy agradecido con el Señor quién me da la gracia para proclamarlo y decirlo en serio.

Muchos ya hablan de que igual que la Madre Teresa el Santo Padre Juan Pablo II va a ser elevado con honores del altar y tal vez aún ser proclamado Juan Pablo el Grande. Con el Espíritu Santo de su lado ha traído muchas bendiciones a nuestra Iglesia y al mundo, sobretodo el término sin violencia del comunismo, lo cual manifiesta el poder de la confianza de la intercesion de Maria la madre de Dios.

La unión con Cristo a través del sufrimiento

La Madre Teresa también ha sido un instrumento del Espíritu Santo teniendo ambos el poder y los efectos positivos de nuestra Iglesia y del mundo. Al preparnos a celebrar su elevación a los honores del altar, permítanme reflexionar en breve en dos de sus enseñanzas que han tenido un gran efecto en mí personalmente. Ella siempre supo agradecerle a Dios por el sufrimiento que ella encontraba en su camino diciendo cuando yo sufro, Jesus me está abrazando con su cruz.. Su deseo de estar unida con Cristo a cualquier costo, aún cuando sufría, es ciertamente la receta de la santidad lo cual ella obtuvo por la gracia de Dios, la santidad por la cual mujeres consagradas son llamadas a ser testigos de una forma tan especial, la santidad la cual es el destino del Señor para cada uno de nosotros de acuerdo a nuestra cooperación libre.

Los servidores verdaderos no escogen como servir

Segundo, la Madre Teresa con frecuencia decía, el verdadero sirviente no escoge como él o ella sirve. El serviente en la semejanza de Jesus, que no alterna si sirve o no a su Padre - Jesus siempre dijo que sí. Al buscar y hacer la voluntad de Dios - ahí es donde se encuentra la auténtica forma de servir. El escoger por nosotros mismos la tarea mas humilde, puede ser noble, no es necesariamente el equivalente de "hacer lo que El nos dice" pero al ofrecer a Dios el sacrificio de nuestra libre voluntad, en el espíritu de la bella oración de San Ignacio, " toma y recibe al Señor con todo mi libertad, mi entendimiento y mi plena voluntad."

Humildemente roguemos en los días futuros la interseción de la Madre Teresa especialmente para el aumento de vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa aquí en Madison.

Bendecidos con comunión fraternal

Por último permítanme reflexionar por un momento en la experiencia maravillosa de comunión fraternal por lo cual el Señor bendijo a todos mis hermanos sacerdotes y a mí mismo la semana pasada en la asamblea que tuvimos juntos en Wisconsin Dells.

Esta fue por supuesto la primera vez como su obispo que tuve el privilegio y la alegría de estar juntos con solo los sacerdotes a la misma vez y en el mismo lugar. Fue la oportunidad de reemforzar ciertas amistades y de empezar nuevas. El Santo Padre ha dicho repetidamente a que el obispo sea el padre, hermano y amigo de todos los sacerdotes, recordándones a nosotros los obispos que además de sacerdotes, somos como una persona humana que no tiene brazos. Yo experimenté eso muy vívidamente durante nuestra asamblea.

El expresar gratitud por nuestros sacerdotes

Yo quiero expresar con ustedes mi gratitud hacia todos los sacerdotes maravillos que le sirven a ustedes todos los días especialmente en éstos días difíciles cuando por causa de los escándalos de la malaconducta sexual, una nube oscura cubre a los sacerdotes y obispos cuando ellos buscan hacer sus vidas. Como les mencioné a los sacerdotes, éste escándalo y todas las dificultades que traen, mientras nos sorprende, no fue ninguna sorpresa para el Padre, el Hijo ni el Espíritu Santo. La trinidad nos ha llamado precisamente a servir en este tiempo especial de la historia, y tenemos la gracia que viene de Cristo Nuestro Señor para hacer lo que sea necesario para que avancemos hacia una Iglesia más santa y un sacerdocio más santo.

Nuestros sacerdotes son admirables e inspirados cuando aceptan sus cruces personales que forman parte de nuestras vidas estos días buscando el amor de Cristo y claro para todos nosotros. Recordemos a nuestros buenos sacerdotes con afecto y en sincera oración todos los días.

Gracias por leer este artículo. Que Dios los bendiga. Dios los ama. Bendito sea Jesucristo!


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