Algunas palabras en Pentecostés
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El Obispo: Un mensaje de fe
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A veces la soledad interior y el silencio nos ayudan a ser
más consciente de la presencia y el poder del
Espíritu Santo en nuestras vidas y a través de toda
la iglesia universal.
En la fiesta de Pentecostés, el cumpleaños de la
iglesia, nosotros encendemos 2.002 velas y observamos como su llama
brilla entre todos nosotros.
En el día de Pentecostés, 50 días
después de la Pascua, el Espíritu Santo se
presentó a los apóstoles trayéndoles dones,
aliviando miedos, luchando y purificando a aquella asamblea,
enseñándoles una nueva manera de vivir en Dios y
santificación personal.
Todos nosotros
A este escritor y obispo en este tiempo de Pentecostés le
ocurre que el Espíritu Santos le esta cuestionando preguntas
como - "¿Qué haremos después?" "¿
Qué quiero lograr en la vida aquí y ahora?" o
"¿Qué deberían pensar las otras personas de
mi?" - para ser mejores receptores, debemos leer las señales
de nuestros tiempos en una manera más productiva.
Estas "señales de tiempos" incluyen el terrorismo que
comenzó el 11 de septiembre del 2001, el escándalo
sexual de menores por los sacerdotes, el conflicto
Israel-Palestina, la continúa guerra en Afganistán y
la pobreza mundial en los países del tercer mundo.
¿Cómo estamos recibiendo estas señales de
tiempo? Estas señales necesitan ser discutidas de manera que
se puedan compartir con las necesidades de toda la humanidad, la
angustia y el dolor, la alegría y la esperanza de todas las
personas del mundo.
Lean las señales
Dentro de este mundo, oscuro por la pobreza, poco iluminado por
el terrorismo y el conflicto, que el Evangelio, la buena noticia de
salvación, debe ser transmitida. Quien mejor puede hacer
esto que aquellos quienes han llevado el amor de Cristo, personas
de todas las naciones, culturas e idiomas. El Cuerpo Místico
de Cristo, la iglesia. Leer las señales de los tiempos es
una necesidad constante en nuestro rápido y cambiante
mundo.
Es dentro de esta iglesia que Dios respiró el poder del
Espíritu Santo. En la soledad interior y en el silencio,
nosotros podemos realzar nuestra conciencia de lo que Dios quiere
para su iglesia.
Ese Espíritu Santo es una voz suave, gentil y diminuta,
una brisa suave, susurrando en nuestra alegría o gritando
nuestro dolor. El Espíritu Santo nos dice, "No tengan
miedo". No podemos escucharlo si permanecemos resentidos sobre: 1)
cosas que deseamos y que nunca las tuvimos, 2) relaciones que
queremos pero nunca funcionaron, y 3) errores que nunca quisimos
que sucedieran.
Preguntas con posibilidades
Lo que pasa es que mantenemos una parte de nosotros mismos
separado de Dios al estar aferrado a las preguntas de posibilidades
que tal vez en cierta situación no obtuvimos lo que
deseábamos y el Espíritu Santo no le es posible
activar completamente los múltiples dones en nosotros.
No tengan miedo
Cuando no podemos escuchar, Dios dice, "No tengan miedo",
nosotros estamos puestos a otra inevitable consecuencia: nosotros
no podemos, como Dios nos pide, "buscar el Reino de Dios primero".
Ya llego la hora de liberarnos de nuestra prisión de enredo
humano que nos mantienen con rabia o resentimiento.
Los días que vienen
No hay manera que nosotros como iglesia de los Estados Unidos
nos salvemos de la humillación o evitemos lo que la prensa y
la televisión puedan comentar en los días que vienen.
Nosotros debemos seguir adelante y no tener miedo, sino buscar
primero y primordialmente el reino de Dios.
Nosotros en los Estados Unidos somos 60 millones de un
billón de católicos, y estoy seguro que nuestros
seguidores católicos comparten nuestros dones y angustias, y
lo identifican con su alegría y esperanza. Pienso que
pertenecer a la iglesia es verdaderamente hermoso donde
quizás algunas veces nosotros en los Estados Unidos podemos
cometer errores y ver como impiden el trabajo del Espíritu
Santo, mientras en otras partes del mundo la iglesia es ayudada
enormemente para avanzar al Reino de Dios, predicando el Evangelio,
sanando, llevando alimentos y buenas noticias a las naciones
pobres, brillando con la nueva luz en las llamas del amor divino de
Dios. Esa es también nuestra iglesia.
Que Espíritu Santo permanezca en la iglesia, y que nos
continúe diciendo que "no tengamos miedo" y que "busquemos
el Reino de Dios primero" ¿Realmente nosotros estamos
escuchando?
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