Queridos amigos, La esperanza no es esperanza si su objeto es visto. Si podemos ver el objeto de nuestra esperanza, nuestra esperanza ya no es esperanza sino certitud. La esperanza implica riesgo. La esperanza nunca incluye certitud científica. Esta fiesta de la Pascua es nuestro festival de esperanza que trae gozo, esperanza con raíces en Jesucristo resucitado de la muerte - la única esperanza que nunca nos decepciona. Tenemos muchas esperanzas en nuestras vidas humanas, esperanzas de una salud excelente, o de un asenso en el trabajo, clima perfecto en las vacaciones - esperanzas que fácilmente decepcionan. También tenemos esperanzas dentro de nuestra Iglesia, que nos trasladan a una dirección en particular. En la Diócesis de Madison tenemos esperanzas acerca del futuro de nuestras comunidades, al entrar en el proceso del planeo de las parroquias. También tenemos esperanzas con relación a la Catedral, o más bien falta de ella. Tenemos esperanzas de cómo los ritos litúrgicos serán celebrados en el futuro, y otras. Sin tener que mencionarlo, los discípulos diferentes de Jesucristo tienen esperanzas diferentes en estas áreas en particular. Ya que hay una diversidad de esperanzas, es necesario que, al avanzar hacia el futuro, algunas esperanzas se van a realizar y otras no. Donde halla una diversidad de esperanzas, algunas de esas esperanzas están destinadas a decepcionar. Y cuando nuestras esperanzas son decepcionadas tendemos a decepcionarnos y decir "nuestra moral es baja". La única forma de escapar este tipo de desesperanza o moral baja es recibir el regalo, la virtud de esperanza de Jesucristo resucitado de la muerte, esperanza que tiene raíz en El solamente y no puede ser realizada por cualquier bien particular del mundo. Esta es la única esperanza que no puede decepcionar. Jesucristo resucitado de la muerte, es la única esperanza que nunca decepcionará. En la estación de la Pascua, no caigamos en tentación de permitirle a nadie o que nada que no sea Jesucristo sea el objeto de nuestra esperanza y de esta forma la alegría de la Pascua será nuestra, un gozo el cual el mundo no puede ni dar ni quitar. La esperanza no es esperanza si su objeto es visto. Que la esperanza de la Resurrección llene sus corazones y bendiga a sus familias y seres queridos durante la Pascua y siempre. Muchas gracias por leer este artículo. Que Dios los bendiga. ¡Cristo ha resucitado! ¡Por supuesto que ha resucitado!
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