La primera en una serie de tres. Queridos Amigos, Al empezar la primer serie de tres columnas donde busco reflexionar acerca del significado de la Iglesia de la Catedral de la Diócesis y nuestro futuro, quiero repetir al principio de cada una de estas tres columnas ese dictamen familiar: en lo que es unidad necesaria, donde haya libertad con diversidad y en todas las cosas caridad. Bajo la luz de la primera encíclica del Papa Benedicto, ustedes y nosotros necesitamos volver a dedicar el proceso de discernir lo que va a ser el futuro de nuestra Iglesia de la Catedral, sobre todo, caracterizado por la caridad. Necesitamos, como lo he escrito previamente, practicar la virtud de paciencia, poniendo la mejor interpretación posible de lo que alguien diga y haga, y ciertamente evitar el poner la peor posible interpretación en las palabras y acciones de otros. Sobretodo quiero proceder con caridad, y quiero ser abundantemente claro que no he tomado ninguna decisión final en relación al futuro de la Catedral. Lo que precisamente deseo hacer en estas tres columnas es el hacerles conocer algunos de mis pensamientos de una forma honesta para que ustedes puedan responder y ayudarme a tomar la decisión final. Llegará a ser muy claro "donde estoy" en el tema sin que todo se quede ahí, y quiero asegurarles que también yo puedo ser persuadido, esta es la razón por esta serie de columnas. Para acompañar éstas tres columnas, voy a tener consultas con grupos pequeños, las reuniones de ayuntamiento en varias áreas de la Diócesis, para que cada uno tenga la oportunidad de hablar. Los nombres del nuevo Consejo Pastoral Diocesano fueron recientemente publicados y los invito, si así lo desean, si no tienen la oportunidad de asistir a una junta de ayuntamiento de comunicar sus pensamientos, ideas, y esperanzas a cualquier miembro del Consejo Pastoral Diocesano. Y por supuesto, los sacerdotes en nuestras reuniones de todos los meses les dan oportunidades abundantes de hablar, e invito a mis hermanos sacerdotes además de comunicarme a través del Consejo de Sacerdotes. Conexión entre la fe, culturaEn ésta primer columna deseo hablar de la conexión de la ciudad de Dios y de la ciudad del Hombre. Madison es una ciudad única, (me encanta mucho vivir en el centro de la cuidad) y Madison está viva. Está viva con toda la diversidad concebible de ideas, opinión, esperanza y visión hacia el futuro. Mas importantemente, la cuidad está viva con la presencia de la Universidad de Wisconsin, la cual es una institución académica de clase mundial y con la presencia de las instituciones estatales del gobierno la cual ejercitan una influencia significante a escala nacional. ¿Qué va a ser de Madison dentro de cincuenta, cien años? Desde mi punto de vista, este es uno de los puntos más importantes que todos debemos de reflexionar al pensar en el futuro de la Iglesia de la Catedral. El Papa Benedicto acaba de hablar de la relación entre Iglesia y Estado, entre religión y sociedad civil en su primera encíclica. Es claro que la fe debe de purificar la razón y la cultura y para que esto suceda debe de haber la apropiada conexión entre la fe y la cultura a un nivel local. Es duro para mí imaginar que la Iglesia de la Catedral de la Diócesis de Madison no vaya a estar en el centro de la cuidad para que la apropiada conexión y diálogo ocurra, ambas en realidad y simbólicamente. Nosotros creemos que Jesucristo está presente en la Eucaristía en el tabernáculo de una forma que no está presente en el bello paisaje natural del Lago Wisconsin, por ejemplo. Los sacramentos son concretos, físicos y visibles. La Iglesia misma, la comunión de la Gente de Dios, es "un sacramento". La Iglesia es territorial, dividida en Diócesis. La Diócesis de Madison se hace visible de una forma única y especial por la Catedral. La fe de la Iglesia local debería conectar con la cultura local de una forma visible y física. Si la fe es en realidad la búsqueda de la purificación de la cultura y si la conexión entre fe y cultura debe de ser concreta, real, física y visible, entonces puedo honestamente imaginar que nuestra Catedral del futuro estará localizada en el centro. La Catedral es necesariaPermítanme aclarar una presuposición: Debe de existir una Catedral. Ya sea que una parroquia existente se designe como Catedral o si una Catedral nueva sea construida, no es una opción de que haya una Catedral en la Diócesis de Madison. Es una responsabilidad muy sería que se me da de que exista una Catedral. El cómo lo hago depende mucho de nuestras reflexiones, oraciones y consultas futuras. Tendría que ser persuadido, y lo estoy, que por razones serias la Catedral no vaya a estar localizada en el centro de la cuidad. En una columna reciente en este Heraldo Católico, quizás una mala interpretación fue dada sin mala intención a algo que yo dije. Al estar dialogando con mi nuevo Consejo Pastoral Diocesano, yo hice la observación que algunos entre nosotros piensan que la Catedral es solamente otra parroquia donde el obispo está frecuentemente. Quiero aclarar que yo no pienso que ninguna de nuestras parroquias sea "solo otra parroquia". Pero yo sé, por medio de muchas conversaciones que mucha gente ve la Catedral de esta forma. Por lo tanto ellos concluyen, si necesitamos otra parroquia nueva en la parte suroeste de la cuidad, o si necesitamos otra parroquia en el noroeste de Madison, entonces la construimos ahí y la llamamos Catedral. Esto es una sugerencia bien intencionada y también razonable desde cierto punto de vista. Pero falla al no tomar en cuenta la necesidad de conectar la cuidad de Dios con la ciudad del Hombre a través de la presencia de la Catedral en el centro de la cuidad de Madison. Así esta es la primera columna que ofrezco estas observaciones, no como una declaración de ninguna conclusión o decisión de mi parte, sino como, una declaración de "donde estoy" en este momento. Yo puedo ser persuadido. Si la voluntad de Dios incluye que la Catedral de la Diócesis de Madison esté en otro lugar que no sea el centro de la cuidad, yo seguramente hago Su voluntad y necesitaría oír los argumentos que nos apuntan hacia esa dirección. Empecemos la oración y reflexiónAsí por favor empiecen sus propias oraciones y reflexiones acerca de este tema y por favor comuníquemelo ya sea por correo, a través de miembros del Consejo de Sacerdotes, a través de miembros del Consejo Pastoral Diocesano o través de su participación de una de las reuniones de ayuntamiento que se publicaran en el futuro. Por muchas razones no vamos a poder movernos rápidamente en este asunto y por lo tanto tenemos tiempo de pensar y orar. Por favor, únanse conmigo, sobretodo con caridad. Muchas gracias por leer este artículo. Que Dios bendiga a todos. ¡Bendito sea Jesucristo!
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