Vaticano II: Interpretándolo correctamente

		Bajo el Libro del Evangelio + Obispo Robert C Morlino

Queridos amigos,

Durante estos días de vacaciones mis pensamientos se dirigen fácilmente a la diócesis y a todos ustedes que son un regalo especial del Señor. En este momento cuando tengo más tiempo de oración y descanso, todos ustedes y las necesidades de la diócesis están siempre en mi mente y en mi corazón.

Durante el tiempo de vacaciones, especialmente al principio del año nuevo, mis pensamientos naturalmente se dirigen a la gratitud por tantas bendiciones, y llego a estar sumamente alegre en la verdad de la proclamación de San Pablo "todo es regalo, todo es gracia".

Antes de la navidad nuestro Santo Padre Benedicto, se dirigió a sus trabajadores en la Curia de Roma en la reunión anual de navidad. Usualmente es la ocasión por la cual el Papa dará el discurso del"Estado de la Iglesia". El Papa Benedicto ofreció unas observaciones interesantes y me gustaría dar énfasis a dos de ellas.

Interpretaciones del Consejo Vaticano Segundo

El Papa Benedicto comentó que en los años siguientes del Consejo VaticanoSegundo, hubo dos interpretaciones de conflicto disponibles. Las interpretaciones o hermenéuticas que el Papa Benedicto nombró son "discontinuidad hermenéutica" y la "reforma hermenéutica".

La discontinuidad hermenéutica significa que había algo de sustancia que hacia falta en la iglesia antes del Vaticano II lo cual necesitaba corrección y ponerla al día. Se hablaba mucho de eso, usando ésta hermenéutica antes de la Iglesia del Vaticano II y después de la Iglesia Vaticano II, indicando que no había continuidad.

Después del Vaticano II, se alegaba que la conciencia individual determinaría lo que es verdad, más que humildemente someter la verdad objetiva revelada por Cristo y descrita por la Iglesia - una idea del "pre-Vaticano II".

Después del Vaticano II, cocteles litúrgicos innovadores serían servidos a petición de varios individuos o grupos sin ninguna objeción. Después del Vaticano II, la democracia, con frecuencia llamada colegialidad, tendría una profunda raíz como forma de gobernar la Iglesia.

Después del Vaticano II la disciplina del celibato de los sacerdotes no sería tan fuerte y habría mujeres sacerdotes. Tal iglesia discontinuaría todo lo que había sucedido antes, y así de acuerdo a la voluntad de Dios, tal iglesia no podría existir.

Los individuos que con intención o sin intención aumentaron la discontinuidad hermenéutica tienden ahora a estar enojados, heridos o frustrados que la visión de discontinuidad había fracasado bajo la dirección poderosa de Juan Pablo el Grande. Espero y ruego que el Señor sane el enojo, herida y frustración. En general, nuestros hermanos y hermanas que se sienten de ésta forma recibieron una interpretación errónea sin la culpa de ellos.

Reforma hermenéutica

La reforma hermenéutica del Consejo Vaticano Segundo implica solo eso, que la Iglesia está llamada a re-formarse, que es formase ella misma una vez más, especialmente en relación con su misión hacia el mundo.

El Consejo del Vaticano Segundo no fue un consejo doctrinal, ni cambió nada en la doctrina de nuestra fe. El Consejo del Vaticano Segundo fue un consejo "pastoral", que significa que la Iglesia estaba buscando reformar las vías que tomaba al ser el instrumento del Señor para el bien de todo el mundo.

La Iglesia, quizás, se había envuelto en ella misma antes del Vaticano II y ahora tenía que reformarse en formas nuevas. La clave de la reforma del Vaticano II fue el papel de los laicos en la Iglesia, que los fieles Cristianos laicos están llamados a purificar la cultura en el mundo y hacer más visible los frutos de la resurrección de Jesucristo. El ministerio laico más auténtico es enseñar, amar y servir y por la gracia de Dios, salvar al mundo.

La forma más directa de purificar la cultura es a través del proceso político y así las formas más intensas del ministerio laico implica ejecutar liderazgo político asignado o elegido y un voto responsable para comprender más y más la justicia y amor del Reino de Dios.

La misión de los laicos hacia el mundo, ésta reforma hermenéutica del Vaticano II, ha probado ser difícil de reconocer por la Iglesia. Aún dentro de nuestras conferencias de obispos ha sido una gran preocupación y ha tomado mucho tiempo lo que llamados "el ministerio eclesial laico".

El ministerio laico por el cual el Consejo del Vaticano Segundo se concentró no es lo que se llama "ministerio eclesial laico" pero más que extra-eclesial ministerio laico, la misión de los fieles cristianos fuera y más allá de la Iglesia. La confianza central del consejo Vaticano Segundo, la base de la reforma hermenéutica del Vaticano II parece, por alguna razón, muy elusiva. Pero es una señal de un gran progreso que el Papa Benedicto puede, muy claramente, articular el problema y nombrar la interpretación discontinua errónea del Consejo del Vaticano Segundo por lo que es.

Adoración de la Eucaristía

Segundo, el Papa Benedicto notó un gran punto de vista, un aspecto de la mala interpretación del Consejo Vaticano Segundo tuvo directamente que ver con la Eucaristía, que la Eucaristía fue hecha para ser comida y no adorada.

En muchos ejemplos, la Adoración Eucarística fue abandonada, y a veces prohibida. El Año de la Eucaristía fue un regalo maravilloso al restaurar el sentido de adoración reverente de la Eucaristía. Por Jesucristo, cuerpo, sangre, alma y divinidad, está verdaderamente presente bajo la forma de pan y vino, así, la única respuesta apropiada a la Eucaristía es que la ofrecemos en sacrificio y compartimos en la cena sagrada además es para adorar la Presencia Real. Si ésta Presencia es Real por lo tanto es absolutamente adorable.

El Papa Benedicto estaba vivo y sano como teólogo en el Consejo del Vaticano Segundo y él en realidad entiende la espiritualidad y la letra del consejo. Es mi esperanza que este primer discurso del "Estado de la Iglesia"señale un pontífice que va a completar el trabajo de clarificar la interpretación correcta del Consejo del Vaticano Segundo muy preciosamente empezado por Juan Pablo el Grande.

Muchas gracias por leer este artículo y que Dios los bendiga a todos en el año nuevo del Señor 2006.

¡Bendito sea Jesucristo!