Queridos amigos, La semana pasada tuve la bendición de predicar la Clausura Solemne del Año de la Eucaristía en la catedral de la Diócesis de Peoria el domingo 9 de octubre y luego fui al seminario de la Arquidiócesis de Denver, St John Vianney, donde tenemos cuatro estudiantes actualmente participando en el año espiritual, para conducir la Visita Apostólica y evaluación del seminario. Debemos de regocijarnos con la devoción Eucarística de la Misa y fuera de la Misa porque ha prosperado en tantas formas en nuestra diócesis, lo mismo es el caso a través del país. La catedral en Peoria estaba llena para las vísperas, la procesión Eucarística y la Bendición y la participación fue muy ferviente y piadosa. Y así fue el domingo pasado, en la Iglesia del Inmaculado Corazón de María en Monona que también estaba repleta para nuestra Misa Solemne de la Conclusión del Año de la Eucaristía. Gracias a Dios, nuestra participación también fue ferviente y piadosa. Nuestra Procesión Eucarística nos llevó afuera y todos regresamos a la iglesia para la Bendición. ¡Que gran reunión para darle honor a Jesús! Muchas gracias a todos los que participaron. Con nueva energía por la visita apostólicaEsta semana quiero mencionar brevemente lo animado y con nueva energía que me sentí con la bendición de la Visita Apostólica de los dos seminarios en Denver: el Seminario San Juan Vianney y el Seminario Redentorista Mater de la arquidiócesis. Sin detallar mucho solo quiero mencionar que todos los miembros de nuestro equipo de Visita estaban profundamente conmovidos por nuestra entrada al seminario para hacer nuestro trabajo, con una hospitalidad y bienvenida genuina, calurosa y fervorosa. La humilde alegría o gozo humilde de la comunidad seminarista, la paz, lo fervoroso, en realidad nos envolvieron y todos nosotros estábamos muy agradecidos y animados. El equipo de visita consiste en cuatro sacerdotes más, de los cuales a uno no conocía del todo, y los otros no los conocía muy bien, y un profesor laico, que además enseña en el seminario que en realidad fue nuestro hermano en Cristo al completar nuestra meta. Pero todos nosotros estábamos asombrados en el sentido de estar en la presencia de amigos especiales únicos de Jesucristo que estábamos pasando tiempo con él, teniendo experiencia con él como resucitado de la muerte, y estar cambiados por él en el ambiente del seminario. Recen por todos los seminaristasPienso que todos ya saben lo animado que estoy acerca del futuro y comunidades seminaristas en Denver, ambos están ciertamente poblados con "testigos de esperanza." Ustedes y yo deberíamos de estar agradecidos que cuatro de nuestros estudiantes han sido llamados por el Señor a confirmar su llamado sacerdotal y buscar la gracia de la perseverancia en este ambiente. El discernimiento del llamado de Cristo al sacerdocio nunca es fácil, algunos de ellos que empiezan la jornada descubren de hecho que no están llamados. Rogamos desde nuestro corazón por todos ellos y apoyémoslos en la ardua jornada de seguir a Cristo quien solo él puede llevarlos a ofrecer Misa en Su altar. Los otros seminarios donde nuestros hombres se están formando para el sacerdocio son claramente excelentes también, y al reflexionar en la experiencia de Denver, por favor no interpreten de mi parte una falta de apreciación por los otros seminarios que me asisten con mi responsabilidad de proporcionar la formación sacerdotal de esos hombres y ayudarme a discernir, de parte de la Iglesia, su posible llamado al sacerdocio. Mantengámoslos a todos en nuestras oraciones diarias, sabiendo que ellos también ruegan por nosotros todos los días y eso significa mucho - sobretodo para mí. Muchas gracias por leer este artículo. Que Dios los bendiga a todos. ¡Bendito sea Jesucristo!
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