Queridos hermanos y hermanas del Señor, Continuando con nuestras oraciones por las víctimas del tornado de Stoughton y también de nuestros hermanos y hermanas en Louisiana, Alabama y Mississippi, especialmente en Nueva Orleans y por aquellos cuyas vidas serán afectadas por el huracán Rita, yo, no obstante quiero hablarles de otro asunto, sin de ninguna manera olvidar las catástrofes del clima que han caído sobre nosotros y de ninguna manera rebajar lo que debería ser el centro y frente de nuestras oraciones. En días recientes tuve el privilegio de asistir a la reunión de orientación para aquellos obispos y sacerdotes que han sido asignados por el Vaticano como Visitantes Apostólicos a los seminarios en Estados Unidos. Fue una de las reuniones más estimulante e intensas de las que he tenido el privilegio de asistir. Una de nuestras mayores preocupaciones era la de delinear las características de lo que esperamos que un seminarista reciba y obtenga como gracia del Señor durante su formación seminarista. Quizás el que mejor resume y articula esas características fue el Monseñor RobertSokolowski, quien es un profesor de filosofía en la Universidad Católica de America, y un excelente profesor de filosofía. El Monseñor Sokolowski describe lo que se desea de un sacerdote que se traslada a nuestros seminaristas teniendo, entre otros rasgos, confianza en la verdad de los que nuestra Iglesia enseña. Esto me puso a pensar porque acabo de terminar de leer un libro de la historia de la milicia donde dice que un ejército solo puede ser exitoso si el 51% de las tropas tienen la "doctrina" firmemente incrustada entre sus oídos. Ciertamente en muchos pasajes de la escritura la gente de Dios ha sido descrita como "un ejército poderoso en marcha hacia el Cielo". Me pregunto entonces, ¿el 51% de nuestros fieles cristianos tienen la doctrina, la enseñanza de la Iglesia, firmemente incrustada entre sus oídos, eso es, está nuestra gente confiada en la verdad que la Iglesia enseña? Queremos que nuestros sacerdotes cuando reciban las Órdenes Sagradas, estén confiados en la verdad que la Iglesia enseña para que puedan guiar a nuestra gente hacia esa confianza, así recibir la gracia de esta confianza del Señor. Cuando me pregunto acerca de la confianza que nuestra gente católica en la verdad la cual la Iglesia enseña, no puedo dar un SÍ resonante que por lo menos un 51% tiene confianza en la verdad que la Iglesia enseña. Digo esto porque, como lo he escrito anteriormente, muchos no se acercan a la Santa Comunión en Misa con una reverencia que me diga a mí que ellos tienen confianza en la verdad de la Presencia Real de Cristo ahí mismo. Me entristece que hay católicos de una organización como "Católicos por una Escogencia Libre" pueden tener una alguna legalidad o credibilidad. Y por supuesto no es ninguna novedad que muchos católicos no están confiados en la verdad de las enseñanzas de Cristo que prohíbe la contracepción artificial o la reproducción artificial o la destrucción de seres humanos embrionarios inocentes. No hay unos pocos católicos que creen que la disensión de las enseñanzas de la Iglesia es parte de la vida de la Iglesia. Es necesario recordarles a todos, aún a mí mismo, de la enseñanza de Juan Pablo el Grande, la enseñanza oficial de la Iglesia en este asunto: "La disensión... se opone a la comunión eclesiástica y a un entendimiento correcto de la constitución jerárquica de la Gente de Dios. El oponerse a la enseñanza de los Pastores de la Iglesia no puede ser visto como una expresión legítima ni de la libertad cristiana ni de la diversidad de los regalos del Espíritu." (Veritatis Spendor, 113.2) Casualmente, Veritatis Splendor (El esplendor de la verdad) es uno de los tres documentos base de la Visita Apostólica a los Seminarios. La enseñanza de la Iglesia, por la cual estamos llamados a confiar, incluye la enseñanza que solo hay un Magisterio, una autoridad oficial de enseñanza de la Iglesia, y con los obispos en unión y nunca separados, con el Santo Padre. En nuestra Iglesia solo hay un Magisterio o no hay Magisterio, porque solo hay una verdad, como el Monseñor Sokolowski lo digo tan bien. Así, mi responsabilidad como Obispo me llama a desafiarlos a todos ustedes, mis hermanos sacerdotes y a mí mismo, a tener confianza en la verdad que la Iglesia enseña, porque solo cuando tenemos un deseo profundo que nuestra marcha hacia el Cielo, de hecho, nos llevará a su destino final. Segundo, el monseñor Sokolowski nos recordó que la verdad y la sabiduría transcienden la historia. Las actitudes modernas ven a los seres humanos con una necesidad constante de renovarse, la cual generalmente requiere un rechazo del pasado. Vemos esto con frecuencia cuando el término "pre-Vaticano II" se usa en una forma negativa. Lo que era verdadero y sabio antes del Consejo del Vaticano Segundo, no puede dejar de ser verdadero y sabio después. La verdad y la sabiduría no están sujetas a la historia de esta forma. La verdad y la sabiduría transcienden la historia. Por esto todavía vale la pena leer Plato y Augusto y Santo Tomás de Aquino y Shakespeare y Santa Caterina de Sienna y Santa Teresa del Niño Jesús, solo por mencionar algunas. La sabiduría es sabiduría para todas las edades, la verdad es verdad para todas las edades. Por lo tanto me entristece oír a los padres de familia cuando dicen "bueno mi hijo (a) está viviendo con su novio (a), pero todavía no están casados. En el pasado, me hubiera molestado, pero los tiempos han cambiado". Claro que los tiempos han cambiado y el respeto por la verdad objetiva esta por los suelos, pero eso no cambia la verdad objetiva, no cambia la sustancia de la sabiduría. La sustancia de la sabiduría y la verdad transcienden el paso de la historia. Esta es otra forma de decir que Jesucristo, la Verdad, ha resucitado de la muerte, es Eterno. Su enseñanza no se sujeta al cambio de la historia y El ha escogido que Sus enseñanzas sean oficialmente comunicadas a través de Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Así continuamos rezando, y apoyando a nuestros queridos seminaristas en todos nuestros medios disponibles y continuamos rezando que el Señor continúe bendiciendo nuestra Diócesis abundantemente con nuevos labradores para prepararlos a trabajar en la viña del Señor. Rezamos especialmente por aquellos que están llamados a asistir a nuestros seminaristas en el contexto del seminario, una vocación que yo esperaba fuera de mí. Rezamos que aquellos confiados con la formación de nuestros seminaristas en realidad sean instrumentos a través por la cual el Señor les da confianza firme y sólida en la verdad de las enseñanzas de la Iglesia, todas las enseñanzas. Y aprovechamos este momento como miembros fieles de la Diócesis de Madison, laicos, religiosos consagrados, diáconos, sacerdotes y el mismo obispo- aprovechamos esta oportunidad para examinar nuestras conciencias hasta que punto estamos confiados que estamos confiados en la verdad de la enseñanza de la Iglesia y como expresamos esa confianza en palabra y acción. Muchas gracias por leer este artículo, y que Dios los bendiga a cada uno de ustedes. ¡Bendito sea Jesucristo! Fielmente de ustedes en Cristo, Reverendo Obispo Robert C Morlino
Diocese of Madison, The Catholic Herald Offices: Bishop O'Connor Catholic Pastoral Center, 702 S. High Point Road, Madison Mailing address: P.O. Box 44985, Madison, WI 53744-4985 Phone: 608-821-3070 Fax: 608-821-3071 E-Mail: info@madisoncatholicherald.org |