Queridos amigos, Parece que hoy en día es mucho más difícil la celebración de Navidad en nuestro país y en nuestra cultura. Las historias en las noticias declaran que las señales de Navidad en relación al portal o los villancicos con más frecuencia se prohíben en lugares y escuelas públicas, o a lo menos presentan muchas controversias. La libertad de lenguaje y la libertad de religión se niegan con frecuencia a los seguidores de Jesucristo a no ser que las expresiones religiosas se limiten a sus hogares o las iglesias. Pero el Dios verdadero, el Dios de Abraham, Isaac, y Jacobo, el Dios de Nuestro Señor Jesucristo no es una persona privada cuya presencia y devoción debería ser escondida de nuestro país y de nuestra cultura. ¿Que podría ser más ofensivo? "Chrismukkak" no es aceptableLa dificultad de celebrar la Navidad se ha incrementado de una nueva forma en los días recientes por la celebración propuesta de la "chrismukkak" para proporcionar un inter-matrimonio de parejas Judío-Cristianas. Claramente dos palabras han sido combinadas para nombrar una celebración nueva, la palabra "christmas" (navidad) y la palabra "Hanukkak", la celebración del festival de las luces celebrada por nuestros hermanos y hermanas de la fe judía. Es interesante que la Junta de Rabinos en Nueva York ha declarado "chrismukkak" una propuesta completamente inaceptable. Yo me uno en su juicio correcto. "Christmukkak no es celebración religiosa verdadera - es una invención de aquellos que están determinados a estar políticamente correctos y ser "inclusivos" a cualquier costo. En el caso de "chrismukkak, el costo de ser "inclusivos" es un rechazo del principio del no contradecir, que es la fundación de toda lógica y razón. Aquellos que celebran la Navidad celebran a Cristo como Mesías. Aquellos que celebran Hanukak no creen que Cristo es el Mesías. Por lo tanto el poner juntas estas dos celebraciones religiosas es rechazar el principio de no contradecir. Esto es un deconstruccionalismo, la exaltación de un lenguaje sin sentido, elevado a una nueva altura, al estilo americano. Es una distracción adicional hacia nuestros hermanos y hermanas judías, que el Santo Padre ha llamado cariñosamente nuestros hermanos y hermanas mayores, y a nosotros mismos cuando tratamos de celebrar apropiadamente, cada uno dentro de su propia tradición. La cosa más irónica acerca de la mezcla del término Christmukkah y su intención fracasada que de alguna forma una la fe Cristiana en el Mesías y el Judaísmo, es que esta mezcla del lenguaje pasa por alto la verdad y misterio que ya existen un punto de unión de la tradición Judía y nuestra fe Católica. Y durante estos días que siguen en el Adviento la celebramos a ella. Miren a la Virgen Bendita MaríaEl deseo intenso por el Mesías, y el nacimiento del Mesías, y Su recepción son de hecho en la persona de la Virgen Bendita María. María (su nombre hebreo era Miriam) fue y es una persona judía completa. Vemos en el evangelio cuentas de ella era muy cuidadosa de la celebración de todas las costumbres y leyes judías aún después del nacimiento de Jesús. Y aún así ella esperaba al Mesías como cualquier otra persona judía lo haya esperado y no otra persona en el mundo lo pudo haber esperado. El "sí" de su cooperación maternal con la Trinidad dio la bienvenida a Jesús el Mesías para que se hiciera carne en su vientre. Ella es la única que esperó y estuvo presente en el nacimiento del Mesías desde el momento de Su Concepción. Nadie más excepto José su esposo sabía en ese momento que el Mesías verdadero había llegado, revelado a través del misterio y milagro de la Anunciación por el Ángel Gabriel a María. Por lo tan el deseo intenso por el Mesías, con la esperanza segura de un Mesías, la bienvenida del nacimiento del Mesías, y el vivir siendo el discípulo perfecto del Mesías, todo combinado es el hogar perfecto en nuestra Sagrada Madre. Así ella reúne perfectamente el deseo intenso judío por el Mesías y su cumplimiento en Cristo. Ella es correctamente y únicamente llamada la Hija Predilecta de Zion por nuestro Santo Padre cuando Él reflexiona en la tradición del Antiguo Testamento y en nuestra Iglesia. A veces nuestra fe en la Virgen María se ha visto como un obstáculo al ecumenismo, y eso es el por qué aún algunos católicos cesan de practicar devocionales de Nuestra Madre después del Consejo del Segundo Vaticano - eso fue hecho a nombre del ecumenismo. De hecho el Santo Padre Pablo VI después del Consejo del Vaticano indicó que las dos oraciones que mejor resumen la enseñanza del Consejo del Segundo Vaticano en la Iglesia es el documento Lumen Gentium son el Rosario y el Ángelus, ambos miran a María como la Madre de la Iglesia y modelo de la Iglesia, precisamente como el Consejo del Segundo Vaticano lo enseñó al final del decreto Lumen Gentium. Encontremos el deseo profundo en nuestros corazonesYa que nos encontramos a mitad de Adviento, es hora de dirigirnos hacia María nuestra Madre y pedirle a ella que interceda con Cristo que podamos encontrar en nuestros propios corazones un deseo profundo por el Mesías lo cual van a imitar el de ella. La Liturgia de Adviento nos dice que nosotros esperamos ser encontrados "haciendo oración, con nuestros corazones llenos de regocijo y alabanza" a la hora de la venida de Cristo. Busquemos recibir el regalo de imitar el deseo profundo de la misma María basado en su sincero sí a todo lo que nuestro Señor nos pueda pedir. Que estos días de Adviento sean un tiempo de aumentar una devoción autentica en nuestros corazones hacia María, la Hija Predilecta de Zion, viendo en ella el ecumenista humano más grande que se une en su propia persona la profundidad de la esperanza del Mesías judía y es completa y realización final en Cristo. Los creyentes judíos y cristianos que han contraído matrimonio deben de encontrar una reflexión de oración unida en Nuestra Madre y todo lo que ella significa tanto para la fe cristiana como para la fe judía. Chrismakkuk debería de ser olvidada lo antes posible. ¡Nosotros tenemos a Nuestra Madre! Muchas gracias por leer este artículo. Que Dios los bendiga a todos al acercarnos a la Navidad. ¡Bendito sea Jesucristo!
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