Queridos amigos, La semana pasada intenté reflexionar en el mes de noviembre como el mes de las santas almas del purgatorio con las que estamos muy unidos en la Eucaristía. Noviembre es además el mes acentuado por la celebración del Día de Acción de Gracias la cual deben de llenar nuestros pensamientos una vez más en la Eucaristía, porque el significado de la palabra griega Eucaristía es acción de gracias. Si queremos conocer el significado más profundo del agradecimiento que celebramos el Día de Acción de Gracias, especialmente durante el Año de la Eucaristía, debemos apropiadamente regresar a la Eucaristía. La Eucaristía es el sacrificio del agradecimientoLa Eucaristía es nuestro sacrificio más grande de agradecimiento del maravilloso regalo de salvación que hemos recibido en la muerte y resurrección de Cristo Jesús. Debería de ocurrírsenos que no hay otro regalo que necesitamos más que la salvación. Los regalos de vida y salud, tan preciosos como lo son, palidecen en comparación a la vida eterna cara a cara con Cristo que es su regalo de resurrección. Este es un regalo que necesitamos más que nada, es uno que no podemos proporcionar por nosotros mismos, y es uno del que no podemos ganar.
La Eucaristía es un sacrificio de agradecimiento porque en este acto de dar gracias sacrificamos nuestro sentido de auto-poder o auto-suficiencia que podemos estar tentados a asumir especialmente en esta cultura americana. La verdadera acción de gracias nos llama a sacrificar cualquier noción de uno mismo que presume que nosotros podemos cuidarnos a nosotros mismos y nuestras necesidades aún las más importantes como la salvación y como la salud. El agradecimiento que ofrecemos en la Eucaristía nos hace humildes al admitir que para nuestras necesidades más importantes estamos en una dependencia totalmente impotente en Jesús Cristo. Y así cuando damos gracias a Cristo el Día de Acción de Gracias y todos los días, sacrificamos cualquier auto-centralización de uno mismo que podría guiarnos a a pensar que de alguna forma somos más grandes o mejores que lo que en realidad somos. El verdadero agradecimiento significa el sacrificio de esa falsa pero tentadora auto-imagen, una disposición para olvidarnos de nosotros mismos y de estar en comunión con Cristo el que da todos los regalos buenos, especialmente el regalo de la salvación. Debemos de imitar la generosidad de Cristo.Es bueno durante este año de la Eucaristía reflejar en este significado real de agradecimiento porque nuestra cultura también nos fuerza prematuramente a entrar en la temporada de Navidad durante los días de noviembre. La temporada de Navidad significa el dar y recibir regalos y el enviar muchas notas de "muchas gracias" o decirlo personalmente. Es muy importante siempre decir muchas gracias, y nadie, especialmente yo mismo, debería de disminuir la importancia de decirlo. Cuando decimos muchas gracias por los regalos de navidad que recibimos, frecuentemente esos regalos son cosas que no necesitamos, o si en realidad lo necesitamos, nos lo proveemos a nosotros mismos. Así la apreciación genuina que en realidad sentimos hacia aquellos que nos muestran su gentileza en Navidad nunca debería de ser errónea por lo que podemos llamar gratitud Eucarística, la gratitud que nos lleva a sentirnos humildes en auto-sacrificio como lo habíamos indicado arriba. La generosidad irrazonable de Cristo al darnos el regalo de la salvación, el regalo de misericordia el cual todos nosotros necesitamos, el cual nunca vamos a merecer o ganar, es la generosidad que debemos de imitar en nuestras propias vidas aquí en este mundo al comienzo prematuro de la temporada de Navidad. Y debemos de estar especialmente agradecidos con aquellos que ejercitan esta generosidad Eucarística como-Cristo hacia nosotros, aquellos que nos dan lo que en realidad necesitamos y todavía no necesitamos ganarlo o proporcionarlo para nosotros mismos. Los esposos y las esposas tienen una razón especial de celebrar el día de Acción de Gracias con relación a la generosidad Eucarística que esperamos que ellos den y reciban. Otros miembros de la familia y buenos amigos así mismo tienen toda la razón para celebrar la generosidad Eucarística por lo cual ellos encuentran en la experiencia humana como un reflejo de la generosidad Eucarística de Cristo. Pensemos primero de cómo hacernos humildesCuando pensamos que nuestra celebración de Acción de Gracias es bueno y normal el pensar en el pavo. El normal y bueno el pensar en los regalos que damos y recibimos que caracteriza la temporada de Navidad. Pero como seguidores de Jesucristo, pensemos primero y sobretodo en la Eucaristía, el acto perfecto de acción de gracias por lo cual estamos privilegiados de ofrecer en el Espíritu Santo a través de Cristo al Padre. Y pensemos en las muchas gracias que Cristo desea darnos para imitar Su propia generosidad Eucarística de sufrimiento y muerte y resucitando por nosotros mientras todavía éramos y seguimos siendo pecadores. Pidamos al Señor que cambie nuestro pensar y nuestros corazones para que cuando pensemos en el agradecimiento, que no pensemos primero en el pavo o en las actividades que nos dan gozo durante la temporada de Navidad, sino más bien el sentirnos humildes con nosotros mismos en la generosidad Eucarística como Cristo y con Cristo. Así el gozo y la paz verdadera del Día de Acción de Gracias y la Navidad nos inundarán nuestros corazones - Cristo es el único camino, la única ruta, a esa paz y gozo. Muchas gracias por leer este articulo. Que Dios los bendiga a todos. Bendito sea Jesucristo!
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