Queridos amigos, Al preparar esta columna, es sábado 29 de mayo, la Vigilia de Pentecostés y estoy escribiéndola en mi cuarto en la Universidad de Norte América (North American College) escuchando los preciosos cantos en preparación de las vísperas del servicio en la Plaza de San Pedro esta tarde con el Santo Padre. Nuestro grupo de peregrinación asistirá a las vísperas del Santo Padre y yo me encontrare con ellos luego a la hora de la cena. Mi horario de la tarde no me permitió tiempo suficiente para vestirme apropiadamente y llegar a tiempo a las vísperas que es lo que se acostumbra. Será una gran experiencia para nuestros peregrinos. Debo de admitir el clima durante estos días de nuestra visita oficial al Santo Padre en el Vaticano, a la tumbas de San Pedro y San Pablo, ha sido uno de los mejores. Por lo tanto espero que continúe para que nuestros peregrinos también puedan disfrutarlo. Además estoy un poco decepcionado de que la Instalación del nuevo obispo de Helena, quien es mi sucesor, es causa de que tenga que salir antes de lo previsto de Roma y no poder pasar un tiempo deseado con nuestros peregrinos. Pero me parece que debo de ofrecerle a la Diocesis de Helena este último acto público de amor y afección lo cual se me presenta al asistir a la instalación del Obispo George Thomas que es una gran bendición para mi y para sus hermanos obispos, y quien por cierto será una gran bendición para la Diocesis de Helena, tanto como él va a darse cuenta de la gran bendición de sacerdotes y la gente de ahí. Confirmados en la Fe de varias formasAl reflexionar estos días de la visita oficial, sin que le sorprenda a nadie, tengo tres puntos que tocar. El primero concierne al haber sido confirmado en la fe con San Pedro lo cual es una de las propósitos primordiales de la visita quinquenal. Esto ha sucedido en varias formas, debo de notar las convicciones particulares de nuestra fe por la cual he encontrado una conformación fuerte. En primer lugar Nuestro Santo Padre nos dio una alocución preciosa acerca del plan profético de la iglesia y el Obispo, que es nuestra obligación compartida de enseñar la verdad. Nos advirtió y animó para que podamos soportar la tendencias que aumentan de todas las clases del agnosticismo, relativismo y el subjetivismo, a favor de la verdad de Cristo. Yo estuve fuertemente confirmado en mi propia convicción de fe con sus palabras. Como ustedes lo saben, yo he hablado fuertemente en contra del relativismo moral y lo que parece falta de puntos básicos morales para resolver los grandes temas morales de nuestro tiempo, una falta que se ve clara en nuestro estado y a través de la nación y nuestra cultura. Celibato, vida consagrada, reverenciaSegundo, yo estuve fuertemente convencido en mi convicción que el celibato es y continuará siendo un regalo maravillo de Cristo para la Iglesia a través del celibato de nuestros sacerdotes. El estar dispuestos a sacrificar el deseo profundo de ser esposos y buenos padres de familia por la Gracia de Dios es una clase de garantía al principio que un joven pueda hacer todos los otros sacrificios por lo cual Cristo el Sumo Sacerdote le pedirá a él en su sacerdocio. Y por lo tanto la joya poderosa del celibato que siempre permanece como un sacrificio, se encuentra como una de las convicciones más fuertes de fe. Lo sagrado de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural fue profundamente confirmada como uno de los más básicos de nuestra convicción. Se nos dijo que uno no puede experimentar una libertad legitima de escogencia al matar la libertad de otro ser humano aunque sea para vivir y crecer como ser humano. Por último, la gran necesidad de reverencia renovada en nuestra adoración litúrgica fue afirmada, y esto es muy importante para nosotros cuando tratamos de implementar más y más las instrucciones general del Tercer Misario Romano, la instrucción nueva de la liturgia llamada "El Sacramento de Nuestra Redención", y cuando sea apropiado, la Tercera Edición Típica del Misal Romano. Todo se relaciona con la reverencia, es un regalo maravilloso del Espíritu Santo cuya bienvenida celebramos este fin de semana. Y por lo tanto con mis hermanos Obispos, mi fe fue fuertemente confirmada aquí con San Pedro de una forma variada incluyendo todo lo de arriba. Fortalecer la Fe en oración en las tumbasAun más poderosamente mi fe y la de mis hermanos obispos fue confirmada por nuestra oración de fe en las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo. Al mirar a mi alrededor a mis hermanos obispos incluyendo al Cardinal George y Arzobispo Dolan. Estuve sorprendido varias veces de lo indigno que soy de estar entre tal grupo, pero esto claramente ha sucedido con el diseño e iniciativa de Cristo. Para nosotros el celebrar la Misa y profesar nuestra Fe católica en la tumba de San Pedro y San Pablo reaviva una consolidación particular en que la fe por la cual es casi imposible poner en palabras. Por esos momentos de oración a los santos y a través de ellos con el derrame de cuya sangre nuestra fe fue fundada siempre voy a estar muy agradecido. Audiencia privada con el Papa Juan Pablo IIY por último, nos tocó la audiencia privada con nuestro Santo Padre Juan Pablo II. Esto se llevó a cabo a las 11:20 del 28 de mayo, ayer, y duró10 minutos mas o menos. Después de la oportunidad de fotos, ya no había nadie más en el la sala y aunque los 10 minutos pasaron muy rápido había una profundidad en el momento lo cual parecía prolongar esos minutos en una forma maravillosa. Vocaciones, vida en familiaEl Santo Padre preguntó acerca de nuestro trabajo en cuanto a las vocaciones y por su puesto yo le di mi reporte y le aseguré que la promoción de vocaciones y reclutamiento sigue siendo una de mis prioridades más grandes con lo cual El fuertemente afirmó. El luego preguntó acerca de la vida de las hermanas religiosas en nuestra diócesis. Yo le dije que había conocido muchas de hermanas y que había visitado la Casa Madre de las Dominicas de Sinsinawa y el me animo que siga en conversaciones que permitirán la acumulación de la vida consagrada y la promoción de las vocaciones a la vida consagrada en nuestra diócesis por la cual yo ciertamente lo haré como se lo había hecho saber a las hermanas Dominicas en Sinsinawa durante mi visita ahí. Por último el Santo Padre me preguntó acerca de la vida en familia en nuestra diócesis y yo le indique que tenemos una gran oficina diocesana para la vida en familia y especialmente en las secciones rurales de nuestra diócesis la vida en familia es próspera. El y yo acordamos de que buenos sacerdotes solo pueden venir de buenas familias. A la misma vez reconocemos las dificultades de la promoción de matrimonios homosexuales en nuestra cultura, y yo le indique que mis esfuerzos continuarán para explicar en una forma gentil y con amor el pensar de nuestro Dios como lo refleja la creación y la ley natural acerca de ese tema en particular para que todos puedan sentirse invitados a abrazar la verdad de Dios que nos viene en Cristo Jesús nuestro Señor. Bendición Apostólica para todosPara concluir el Santo Padre expresó su gran amor y afección para el Obispo Bullock y el Obispo Wirz, los sacerdotes, los diáconos, los religiosos consagrados, y toda la gente maravillosa de la Diócesis de Madison con especial preocupación para los que están enfermos y los jóvenes, enviando su bendición apostólicas especial para todos. Esto fue un nivel de consolidación en la fe por la cual verdaderamente no puede describirse con palabras, y espero que cuando yo tenga la oportunidad de visitarlos a muchos de ustedes en los próximos días me pregunten y me recuerden que les comente más acerca de esos momentos tan especiales con el sucesor directo de Pedro. Oraciones durante estos días tan ocupadosMañana es la gran fiesta de Pentecostés, el lunes con la ayuda de Dios regrese a casa, el martes celebrare mi 30 aniversario como sacerdote - les pido la ayuda y fortalece de sus oraciones en ese día tan importante de mi vida - y el miércoles viajaré a Helena, Montana para la instalación del Obispo Thomas. Por lo tanto son días ocupados. En todos estos lugares santos aquí y en nuestras Misas ustedes han estado muy presentes en mi corazón, con mi amor y en mis oraciones y les pido sus continuas oraciones en estos próximos días, especialmente el primero de junio, para una más profunda fe de salud, y la seguridad en el viaje. Que Dios los ame a todos! Yo ciertamente los amo a todos y he experimentado ese amor muy profundamente durante estos días en Roma. Muchas gracias por leer esta columna. Que Dios los bendiga a cada uno de ustedes. Bendito sea Jesucristo!
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