Estoy muy contento que Dios inventara el arco iris
El tema de mi artículo del Heraldo Católico lleva el título de la tira cómica del Heraldo Católico del 3 de julio de 2003. Se ven tres niños mirando hacia el horizonte después del trueno y la lluvia. Uno dice: estoy muy contento que Dios inventara el arco iris.”
Al completar mis 10 años aquí como su Obispo, 23 años como obispo de la iglesia, 51 años como sacerdote y 76 años de edad, les escribo para expresar mis sinceras gracias a muchos miembros de nuestro personal diocesano y también poder decir, estoy muy contento que Dios inventara el arco iris.
Diez años de avances
En mis diez años, como obispo de Madison, tuve el privilegio de tener una muy fiel, leal y competente asistencia del clero, laicos y religiosos. En nuestra Cancillería en 15 Este Calle Wilson, teníamos personas muy dedicadas y listas para continuar con la misión y trabajo de la Diócesis. Yo heredé un personal muy capacitado quiénes estaban dispuestos a continuar con las demandas de los tiempos.
En 1993, El Obispo Wirz era Obispo Auxiliar, Monseñor Klaas era Vicario General , Monseñor Joseph P Higgins fue Cancillero, Donald Klink fue Oficial de Finanzas, Anne Bradley fue secretaria del obispo, Milada Prine fue secretaria del Obispo Wirz, y Monseñor Raymond Klaas, y Edwina Wacek dedicada a labores de oficina como el correo y la fotocopiadora. El Monseñor Michael Hippee estaba en su dieciseisavo año como secretario y maestro de ceremonias del Obispo O’Donnell, además de director de la oficina del Tribunal. Su felicidad se cuadrupó cuando lo nombré como párroco de la iglesia de San Bernando en Madison. La oficina de comunicaciones fue restablecida con la presencia de Bill Brophy, uno de mis estudiantes de la Academia Militar de Santo Tomás en San Paul, Minesota.
Relacionada y tratando hacer conección con éste personal de oficina tan reducido estaba la oficina del Heraldo Católico en la avenida Blackhawk, miembros de la oficina de Escuelas Católicas, Educación Religiosa y Ministro para la Familia ubicadas en el edificio viejo de Holy Redeemer usado como escuela primaria anteriormente, y las Caridades Católicas que estaban ubicadas en el convento en Monona del Sagrado Corazón de María. Poco a poco nos llegamos a conocer unos con otros y empezamos muy buenas relaciones de trabajo.
Al Unirnos
En 1998, todas las oficinas diocesanas fueron finalmente reunidas en el renovado Centro Pastoral Católico del Obispo O’Connor y desde entonces hemos crecido mucho en la colaboración y conocimiento del uno al otro. Estas oficinas o agencias, cada una en su forma, contribuye a la vitalidad y misión de la Iglesia.
Por lo tanto, les escribo para expresar mi profunda gratitud para todo el personal por su trabajo magnífico y colaboración. Hemos hecho muchos avances hacia la consolidificación y establecimiento de oficinas nuevas para servir a las necesidades de nuestra población cambiante Católica y que continúa creciendo en los 11 condados que integran nuestra Diócesis.
El trabajo arduo de mucha gente competente me hicieron verme muy bien y no quiero arrepentirme después por no haber expresado mi especial gratitud para todos los miembros de personal al pensionarme oficialmente el primero de agosto, después de la instalación del Obispo Morlino como el cuarto obispo de Madison: la oficina de Liturgia, la oficina del vicario general, el moderador de la Curia, mis asistentes administrativas Pat Born y Vicky Skilondz, la oficina de Servicio Pastoral, la oficina de Comunicación, la oficina del Tribunal, El Heraldo Católico, oficina de Finanzas, oficina de la Administración de los Bienes y el Desarrollo, el Obispo George Wirz, obispo Auxiliar, oficina de la continuación de la educación de los sacerdotes, el el rector de la Catedral San Rapael. El ministerio especial del apostolado a los minusbálidos con el Monseñor Thomas Campion tuvo mi interés y apoyo. El trabajar con el Monseñor Campion y su apostolado a los minusbálidos fue en realidad una inspiración. Ellos fueron con los que tuve el placer de trabajar cerca y con regularidad.
Gratitud y apreciación
Es muy difícil hablar de cualquier persona sin cometer el riesgo de ofender a aquellos que no fueron mencionados y por lo tanto procedo con cautela y les escribiré a esas personas individual y personalmente.
Al expresar mi gratitud piadosa incluyo a mis críticos quiénes nos ayudaron a crecer y llegar a ser sensibles a los sentimientos de los demás. Espero y les ruego para que todos los leales, queridos y competentes miembros del personal quiénes hicieron que cosas buenas sucedieran en mi período, también hagan lo mismo con el obispo Morlino y aporten su atención completa e indivisible, para el beneficio completo de sus hábitos de trabajo maravilloso y de su fe.
Después de mi retiro tomaré residencia en el Centro Pastoral Católico del Obispo O’Connor con los sacerdotes pensionados. Mi nuevo título será: “Obispo Emérito”, Tendré una oficina en el Centro O’Connor con una secretaria de medio tiempo. Me comprometo a asistir al Obispo Morlino dónde y cuándo él desee y esté en mi poder hacerlo.
Los arco iris unen el cielo con la tierra
At terminar, quisiera decirles una vez más, estoy muy complacido con todo lo que ha sucedido en Dios y sí,: ”estoy muy contento que Dios imaginara los arco iris” uniendo el cielo y la tierra. La referencia completa al arco iris de Dios se encuentra en Génesis 9:13-17.
“ Pongo mi arco en las nubes para que sea una señal de mi alianza con toda la tierra. Cuando yo cubra de nubes la tierra y aparezca el arco en las nubes, me acordaré de mi alianza con ustedes y con toda criatura que tiene vida, y nunca mas habrá aguas diluviales para acabar con toda carne. Pues el arco estará en las nubes; yo al verlo me acordaré de la alianza perpetua entre Dios y todo ser terrestre, con todo ser anima doque vive en una carne. Y Dios dijo a Noé: Esta la alianza que yo he establecido entre mí y todo ser terrestre.”
Gracias a Dios por todas las personas maravillosas que son parte del arco uniendo el cielo con la tierra – todos nosotros para un Dios amado y piadoso.
Concluyo con la oración que yo compuse para mi jubileo dorado en setiembre de 2002.
“ Al amanecer, dirijo mi mirada a tí, oh Dios, para que seas mi fortaleza hoy, aleluya. Al atardecer cuando las sombras de la noche aparecen, me dirijo a tu piedad, Señor, y descanzo en tu amor. Porque mi corazón no descansará hasta llegar a tí, Dios mío. Amen.”
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