El Sacerdote en el Altar
y con la gente de Dios

		Comentario del Administrador y Obispo Emérito + William H. Bullock Obispo Emérito

Fue un gran honor ser el homilista en la misa del domingo de la Trinidad celebrando el 25 aniversario de sacerdotado del padre Charles Schluter en la Iglesia de Santa María en Platteville. Permítanme compartir con ustedes algunos comentarios de mi homilia.

Alabanza a la Santa Trinidad, Dios el padre, Dios el hijo y Dios el Espírito Santo!

Con la señal de la cruz que nos ensenó al principio de nuestra vida hasta la doxología, "Gloria al Padre al Hijo y al Espírito Santo," profesamos y confesamos un Dios en tres.

Hoy, al unimos con todos los católicos a través del mundo celebramos ese primer misterio de nuestra fe, la Santa Trinidad. Pero además celebramos con nuestro prójimo y amigo, el padre Charles Schluter, su 25 aniversario de ordenación como sacerdote de Jesus Cristo.

Permítanme explorar ciertas ideas con ustedes en ésta ocación que se refiera a la vida de un sacerdote en tres áreas de su ministerio pastoral.

El primero es el sacerdote y el altar de Cristo. El segundo es el sacerdote como proclamador y predicador, el sacerdote como celebrante de la Eucaristía y de los Sacramentos. El tercero es el sacerdote como una señal viva de Cristo en la comunidad, al amar la gente de Dios, al atender la gente de Dios y al alimentar a la gente de Dios.

Altar de Cristo

Nosotros creemos que el Altar de Cristo, consagrado por el Obispo en todas las parroquias, es una mesa de unidad. Aquí los pobres y los ricos, jóvenes y viejos, llegan a ser uno con Cristo en su banquete de plenitud donde Dios nos bendice y nos da como regalo una nueva fortaleza y poder para vivir la vida de Dios todos los días.

Nosotros creemos que el altar es además una fuente del Espírito Santo en dónde crecemos como gente de Dios. Esta es la razón por la cual el sacerdote hace una reverencia y besa el altar al principio y al final de la celebración de la Eucaristía.

El Altar es el lugar donde los grandes misterios de redempción se llevan a cabo. El altar es donde la gente ofrece sus ofrendas, presentan sus buenas intenciones y dejan sus plegarias.

El sacerdote de Jesus Cristo está de pie con su gente y ante Dios cada vez recibiendo los regalos de Dios en la tierra, pero últimamente el sacerdote se presenta como el conectador, si me lo permiten, al altar sagrado en el cielo. Esta realidad se solidifica en nuestra Eucaristía donde le imploramos a los angeles que lleven éste sacrificio al altar de Dios en el cielo, porque de ahí es dónde recibimos todos nuestras bendiciones y gracias.

Bendiciones del Altar

¿Cúales son éstas bendiciones del Altar? Antes de examinar éstas particularidades déjenme decir que es en el altar del sacrificio donde todas las luchas y tristezas se resuelven. El altar es donde mi voluntad y la volundad de Dios se declaran en las palabras de Cristo: " no mi voluntad, pero sí tu voluntad".

El altar es 1) una señal de Cristo 2)una mesa de alegría, 3)un lugar de comunión y paz, 4) una fuente de unidad y amistad, 5) el centro de nuestro alabanza y agradecimiento.

El sacerdote, escogido por Dios y electo por la llamada del Obispo, sabe del gran privilegio que siente en su corazón y que él comparte con el sacerdotado de Cristo. Al mismo tiempo él sabe, en su humanidad, que es un mero vehículo de arcillafrágil en muchas formas. Aun así marca el poder de Dios que él puede traer redempción, salvación, alegría y vida eterna a la gente de Dios a travez del sacerdote.

El padre Charles Schluter ha sido sacerdote por 25 años y lo saludamos hoy por ser un buen sirviente de la palabra de Dios. El es uno de los mejores predicadores de la Diócesis de Madison. Desde los días del Seminario "Holy Name" él es profesor, predicador y amigo de la gente de diferentes edades.

Señal de Cristo

Lo saludamos por su fidelidad al altar sagrado de Dios donde todas las cosas finalmente convergen para la resolución final en el Señor. En su papel como sacerdote, él es un proclamador y un predicador de la palabra de Dios, un celebrante de la Eucaristía y los Sacramentos. El padre Charles además de sacerdote es una señal y presencia de Cristo entre la gente sagrada de Dios.

El ha hecho éstas tres cosas muy bien. El entiende su sacerdotado. El vive su sacerdotado como proclamador y predicador como celebrante y como una señal y presencia en la comunidad de los creyentes.

En éste mundo contenporáneo que sufre, sigan amando, atendiedo y alimentado la gente de Dios, especialmente curando al que sufre, liberando a los prisioneros de sus egoísmos y formas de auto-destrucción a unas formas nuevas de libertad. Dénle aliento a los que sufren. Sean el aceite de gozo y señal de esperanza al construir el Cuerpo de Cristo, preservando siempre la unidad del Espíritu.

Padre Charles, elevamos nuestras voces en alto. Levantamos las manos en un aplauso caluroso para usted. Lo tenemos en un lugar especial en nuestro corazón y rezamos para que usted pueda continuar por lo menos por otro cuarto de siglo, como señal viva, un sacerdote amado, siempre fiel a Cristo en cuyo sacerdotado usted comparte y sirve tan bien. "Ad Multos Annos."