La administración de los bienes tiene
raíces en la Sagrada Escritura
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El Obispo: Un mensaje de fe
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Muchas estadísticas están concentradas hoy
día en la religión y en quienes ayudan a la iglesia y
por supuesto quien no lo hacen y por qué.
La administración de los bienes, arraigado en el Antiguo
y Nuevo Testamento, nos muestra el "Que" y nos enseñan el
"Por qué" nosotros debemos compartir los regalos de
Dios como tiempo, talento y tesoro.
El "que"de la administración
Obviamente el "que" de la administración se muestra en la
necesidad de dinero para financiar y ayudar a programas o agencias,
o para ayudar a construir una nueva edificación de manera de
realizar los trabajos de Dios, así mismo como compartiendo
nuestro tiempo y talentos. El "por qué" de la
administración es que nosotros somos administradores, no los
dueños exclusivos de nuestro tiempo, talento y tesoro. Un
administrador es alguien que ha recibido de Dios, y quien le
devuelve a Dios en gracia, su ayuda a otros.
Dios nos ha dado la vida, la familia, los amigos, el talento y
el tiempo en esta tierra para que preparemos el reino que va a
venir - ese reino descrito por Cristo es un nuevo cielo y una nueva
tierra donde todos estaremos llenos de vida y todos compartiremos
la eternidad, en un mundo sin final.
El "por qué"de la administración
Por eso este el plan final del modelo de Dios. Dios quieres que
comencemos ahora en la tierra hacer personas que compartan con
aquellos quienes tienen poco. Dios nos llama a ser fieles
administradores en esta tierra. Hace sentido comenzar aquí
en la tierra y regresarle a Dios el regalo que el nos ha dado
compartiendolo con otros.
La iglesia, el dinero y la propagación del Evangelio
están conectados y necesitan ser entendidos claramente en el
plan de Dios para la salvación. Nadie le gusta oír
homilías en la iglesia donde el sacerdote hable para pedir
dinero y esto nunca pasaría si las personas entendieran el
sentido Bíblico de la administración.
Tiempo
En un mundo muy agitado donde "el estar lleno de actividades" es
reconocido como una medida de importancia donde es muy fácil
para nosotros estar sumergido en nuestro propio tiempo, para
protegerlo, mantenerlo para nosotros mismos. Dios nos dice lo
contrario.
Con frecuencia nosotros hablamos del "tiempo" que ocupamos con
alguien y en la misma manera hablamos del dinero que gastamos.
¿Cómo ustedes están utilizando los
hábitos de administrar el tiempo, talento y tesoro? Muy
sencillo, esto significa que nosotros compartimos, ofrecemos y
ayudamos a otros.
La administración de los bienes tiene un lado espiritual
así mismo como un lado material de lo cual se combinan muy
bien. La persona quien da encuentra enorme satisfacción en
contribuir en todos los niveles y las ganas de ayudar a propagar el
Evangelio. La administración de Dios nos muestra la
misión de Cristo que le da a su iglesia, la
predicación del evangelio, llevando la buena nueva a todas
las personas del mundo. Yo rezo a Dios para que ustedes sean
generosos con la iglesia en la Apelación a los Servicios
Diocesano.
Apelación de los Servicios Diocesanos
En esta edición del "Catholic Herald" se encuentra
nuestro reporte financiero del mes de Julio 2001 hasta el 30 de
Junio del 2002. Esto se publica cada año de manera de darle
a nuestros feligreses de la Diócesis de Madison una idea de
nuestros estados financieros. Yo he escrito una carta para
respaldar nuestro reporte financiero. Es para que ustedes lo puedan
ver.
En la semana del 3 de marzo del 2003 nosotros presentaremos
nuestra Apelación para los Servicios Diocesanos o lo que
hemos conocido con las iniciales D.S.A. La
apelación muestra la división del dinero
de D.S.A. que se ha aplicado a varios presupuestos respaldados por
las parroquias.
Yo estimulo a todos ustedes quienes se les ha pedido ayudar, que lo hagan generosamente y construyan una administración en su manera de vivir como católicos. Dios nunca supera su
generosidad.
Yo pido la bendición de Dios a todos en nuestra Diócesis y oren para que Dios nos mantenga en su amor y mantenga a nuestro país a salvo del terrorismo y del miedo. Que Dios no de la paz.
Que nosotros siempre podamos compartir, en todas las formas, nuestro talento, nuestro tesoro y tiempo. Por favor oren por mí y sepan que todos ustedes están en mis oraciones diarias también.
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