Celebración de Vida -- Todos los Santos y
todos los Difuntos
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El Obispo: Un mensaje de fe
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Cada uno de nosotros es llamado, de hecho, todos los bautizados
somos llamados a la santidad. Dios en su poder creativo nos creo,
manteniendo en su poder nuestra vida, y llamándonos a
compartir íntimamente su amor por toda la eternidad.
El Papa Juan Pablo II ha beatificado y canonizado un
extraordinario número de personas como santos en sus 25
años como Papa. Con frecuencia el Papa Juan Pablo II,
haciendo visitas pastorales a diferentes países, y usando
esto como ocasión de realzar los conocimientos de las
personas para el llamado universal a la santidad por la
beatificación de la persona.
Las personas santas de Dios
En nuestro país nuestro Santo Padre ha beatificado a
varias personas entre ellas, San Samuel Mazzachelli, Santa
Catherine Drexel, San Junipero Serra y San Kateri Tekakwitha. Estas
personas bendecidas respondieron al llamado de Dios a la santidad y
a usar el significado ofrecido por la iglesia para convertirse en
santos, para ser excepcionales en una manera sencilla y humilde en
la tierra.
La Madre Teresa de nuestro día, El Arzobispo Oscar
Romero, Elizabeth Ann Setons y Edith Steins, nos mostraron como la
verdadera santidad esta en nuestra iglesia.
Esta semana, con esta variada columna, como iglesia nosotros
estamos celebrando el Día de todos los Santos - esos santos
que no son conocidos por nombre sino por la verdadera
vocación de su santidad. Sin embargo también es un
día de fiesta, como las cartas de San Pablo: Las antiguas
personas cristianas fueron llamadas santos, santas personas en
busca de la perfección en Dios.
La lucha de nuestros días
En nuestra sociedad contemporánea es difícil
mantener los ojos y el corazón en la santidad. Hay muchas
tendencias al deseo de realización, a la posesión,
posiciones distinguidas como marcas de sucesos en el mundo en que
nosotros podemos fácilmente perder nuestro centro de
apreciación de lo sencillo, lo verdadero y los valores que
Dios muestra como esencial a su gente.
La complejidad de la sociedad y las dificultades de perder
nuestro foco no debería desalentarnos de buscar la santidad.
San Pablo nos recuerda que donde el pecado esta, la gracia de Dios
abunda en todo. De este modo nosotros celebramos la víspera
de todas las santidades, de todos los santos. Nosotros celebramos
este día el 1 de noviembre.
Santos y almas humildes
La fiesta de todos los Santos, el 1 de noviembre, es seguida el
2 de noviembre con el Día de los Muertos. En este día
nosotros conmemoramos y oramos por nuestros seres querido que han
muerto. Nosotros oramos en cada Misa por la muerte diciendo, "por
aquellos que han estado ante nosotros, marcados por la señal
de la fe" o con esta oración: "Señor, recuerda
aquellos que han muerto en la paz de Cristo y a todos los difuntos
cuya fe es conocida solo por ti. Padre, en tu misericordia danos, a
tus hijos, la entrada a nuestro patrimonio celestial en la
compañía de la Virgen María, la Madre de Dios,
y tus apóstoles y santos. Luego, en tu reino,
líbranos de la corrupción del pecado y de la muerte,
nosotros cantaremos el himno de tu gloria con cada criatura por
Cristo nuestro Señor, a quien tu concediste todo lo
bueno"
El mes del respeto por la Vida
Con la culminación del mes de octubre dedicado al
Respecto por la vida, deseo que recordemos que nosotros somos de
hecho, una iglesia de servicio completo. Nosotros ofrecemos
enseñanzas que son consistentes, claras y constante y en
nuestra vida litúrgica nosotros celebramos la vida con
Dios.
La iglesia nos enseña que desde el momento de la
concepción en el vientre de la madre hasta la muerte natural
hay vida humana. Nosotros estamos en contra del aborto, la pena de
muerte, la guerra nuclear y la eutanasia. Nosotros promovemos la
protección de la vida en todas las fases y escenarios.
La Iglesia también celebra litúrgicamente el
comienzo de esa vida con la bendición de la mujer con el
niño y el recién nacido. La iglesia, centrada en la
celebración de la Sagrada Eucaristía o la Misa, nos
ofrece el Cuerpo y La Sangre de Cristo como alimento espiritual.
Sin embargo, a través de los sacramentos dados por Dios, la
iglesia celebra nueva vida con los sacramentos del Bautismo y la
Confirmación.
También nosotros celebramos el matrimonio y la orden
sacerdotal como sacramentos de vida. Nosotros tenemos un sacramento
para la Unción de los enfermos para todos aquellos que
están enfermos. En el instante de una condición de
vida amenazada nosotros también damos la Santa
Comunión.
Para aquellos que caen en su vida espiritual por medio del
pecado mortal o serio, nosotros tenemos el sacramento de la
reconciliación para recuperar la vida de los efectos de la
muerte por el pecado.
Humano y Litúrgico
Nosotros predicamos y enseñamos la vida de una manera
consistente, constante y clara. Nosotros respetamos la vida humana,
pero también nosotros celebramos litúrgicamente lo
nuevo de la gracia de Dios y la vida en los sacramentos. Desde la
bendición de un niño en el vientre de su madre hasta
el final del entierro en el cementerio, la iglesia esta allí
afirmando la vida.
Así sea después de la muerte y el entierro,
nosotros continuamos en la tierra orando por aquellos en el
purgatorio. Hemos sido intercesores de los santos en el cielo
quienes oran e interceden por nosotros.
Gracias a Dios por la Iglesia
A veces me pregunto si nosotros agradecemos a Dios con
frecuencia por el completo servicio que recibimos desde el comienzo
del ser humano hasta nuestro destino final en el Reino de Dios. Yo
siento, que no lo hacemos suficiente, pero estos días de
fiesta podemos servir y recordar nuestra profunda gratitud por la
plenitud de nuestra iglesia y con el corazón a nuestro viaje
con Dios.
Por los santos nosotros decimos: "Bendito seas Dios con sus
ángeles y con sus santos" Para los pobre en alma nosotros
decimos: "El eterno descanso sean para ellos O Señor y que
la luz perpetua brille en ellos"
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