"Nunca seremos los mismos"
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El Obispo: Un mensaje de fe
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Nosotros condolemos el primer aniversario del 11 de septiembre
viendo, a través de la televisión y la prensa, el
horror del ataque terrorista a nuestro país. Nosotros lo
recordamos como el 7 de diciembre de 1941, cuando los japoneses, en
un ataque sorpresivo, bombardearon Pearl Harbor y a nuestro
presidente, Franklin Roosevelt, lo que llamó, "Una fecha que
permanecerá en la infamia"
Un año después, con los detalles de los esquemas
del Centro de Comercio bombardeado ante nuestros ojos, recordamos
de nuevo la frase de, "Nunca seremos los mismos" Su completo
significado tiene muchas facetas. Se refiere a una nueva alerta en
nuestros sistemas de defensas, el seguimiento al terrorismo, y una
resolución interna de pelear con por que es mejor para la
vida americana - nuestra apreciada libertad.
El terrorismo nos causa temor
Nosotros queremos que termine el terrorismo, queremos paz para
nosotros y todas las naciones del mundo. El terrorismo no solo
destruyó nuestros edificios y nuestra creciente y buena
economía sino creó incertidumbre y dificultad en la
vida personal, familiar y profesional.
Nosotros hemos aprendido que no hay respuestas fáciles.
Nosotros hemos descubierto, en una manera tenaz, que no solo
nosotros tenemos este momento terrible en nuestra memoria, sino que
nosotros continuamos viviendo día a día y
preguntándonos que será lo próximo y cuando y
donde.
La resistencia de la gente, el cuidado heroico de otros en el
tiempo de la tragedia y de los lamentos, trae nuevos signos de
esperanza a nuestro país. "9-11" como popularmente es
llamado, nos hizo vulnerables y reflexionar profundamente en lo que
nosotros mas valoramos de la vida y como debemos proteger nuestros
valores.
¿De que manera(s) no somos los mismos un año
después? ¿Estamos siendo más afectivos y
participativos? ¿Somos mas predicadores y participativos en
los caminos de la buena moral? ¿Estamos verdaderamente
buscando las formas para terminar con el terrorismo o tratar esto
constructivamente en nuestras vidas en el hogar y en el
trabajo?
Como usted, yo tengo una mejor énfasis en las preguntas
que en las respuestas. Sin embargo, yo ofrezco una sencilla
reflexión en este primer aniversario, así como
continuamos excavando los escombros y ruinas que se vinieron abajo
en Nueva York, Washington D.C y Pennsylvania el 11 de septiembre
del 2001, y de hecho un ataque a la libertad del mundo.
¿En qué creen ustedes, esperanza, y
amor?
Hay tres factores en nuestra vida católica cristiana que
guían nuestro pensamiento, actitud y manera de ser. La
primera es nuestra fe - lo que nosotros verdaderamente creemos, en
lo que intelectualmente estamos convencido del regalo Dios hacia
nosotros y lo podemos consolidar con una fe firme. La segunda es
nuestra esperanza - lo que nosotros verdaderamente dependemos es de
la infinita promesa de Dios. El tercero es el amor - lo que
nosotros verdaderamente amamos sobre todas las cosas.
Nosotros aborrecemos la violencia en todas sus formas - abortos,
pena de muerte, eutanasia, suicidios con asistencia física,
guerra, odios raciales, armas biológicas, químicas y
atómicas, terrorismo y nosotros consistentemente respetamos
y promovemos la dignidad de la vida humana desde el comienzo en el
vientre de la madre hasta la muerte natural.
Con una fe firme, con una genuina confianza en la promesa de
Dios, y con amor a Dios y a nuestros hermanos sobre todas las
cosas, nosotros podemos mostrar un mundo de paz para todos.
El vivir estas cualidades de vida puede y debe terminar con el
terrorismo. Dios bendiga a América y Dios bendiga a la
Iglesia.
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