El sacerdocio en los tiempos modernos
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El Obispo: Un mensaje de fe
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(La columna de hoy esta basada en la homilía para el
Monseñor James Gunn por su 25vo aniversario de
Ordenación sacerdotal, el domingo 23 de junio del 2002, en
la Iglesia de San Juan de Bautista en Waunakee.)
Introducción
En nuestros días, hay mucho que hablar sobre el
sacerdocio diocesano. Los sacerdotes trabajan mucho, largas horas y
a veces con poca comprensión. El encuentro con todos
nosotros llenamos sus días. Sin embargo cuando ellos tienen
fuertes iniciativas en acoger la fe de sus parroquias, ellos
algunas veces son criticados. A veces, ellos son acusados de ser
autoritarios y que no escuchan, pero otras veces, son muy buenos
lideres. Sin embargo, los sacerdotes se sienten muy desmoralizados
por los escándalos sexuales de abuso a menores por una
minoría de nuestros sacerdotes.
En medio de todo esto, prosperar en tal vocación puede
parecer algunos días imposibles. Un servicio lleno de fe y
entusiasmo puede parecer más allá de la capacidad
humana. Cumplir las responsabilidades de uno no es fácil, y
uno no siempre se sienta adecuado para tal torbellino de
encuentros. Sería muy fácil esforzarse hasta la
derrota por el trabajo de tanta rutina y repetición,
combinado con el requerimiento de estar siempre disponible a otras
personas. Cuando se necesita mas que nada de una comprensión
apreciativa, un padre puede sentirse desvalorizado y poco preparado
y quizás no sabe a donde ir por ayuda.
Avivando el fuego
En su reciente libro, Quickening the Fire in Our Midst,
el padre Jesuita Jorge Aschenbrenner le ofrece a los sacerdotes
diocesanos una manera de ver el corazón de nuestro
distinguido sacerdocio espiritual, y habla de como lo podemos vivir
hoy. El Padre Ascherberrenner espera devolver al sacerdocio un
radiante resplandor y una atractiva promesa como el brillo de las
llamas en el fuego.
La iglesia tiene diferentes maneras de llamar a las personas.
Algunas llamadas son para el matrimonio, otras llamadas son para la
soltería, otras para la vida consagrada y algunas para
ministros ordenados. Cada llamada tiene su propio propósito
espiritual, una espiritualidad que viaja desde su ministerio y se
siembra en el amor de Jesucristo. Cada laico tiene su propia
distinción ministerial y espiritual, así
también lo es con los sacerdotes diocesanos que tienen una
distinción espiritual que viaja desde su ministerio
sacerdotal.
Hoy me gustaría comentar tres puntos sobre los sacerdotes
diocesanos: (1) Su activo estilo de vida apostólica, (2) sus
raíces internas en el amor de Dios, y (3) su llamada para
predicar la Palabra de Dios.
El activo estilo de vida apostólica
Un aspecto de los sacerdotes espirituales es que ellos llevan un
estilo de vida activo y apostólico. Sus ministerios son muy
activos, y su espiritualidad debe ser por eso. Los sacerdotes de
parroquias no son monjes y no son ermitaños. Si ellos
intentan un balance de estilo de vida activo y contemplativo, ellos
terminarán con un ataque de esquizofrenia. Esto significa
que los sacerdotes diocesanos deberían de poder meditar la
llama del amor de Dios en el medio de su ocupado día
pastoral.
Con frecuencia es la participación ministerial, antes que
la oración formal que determina la naturaleza y ritmo de
nuestras vidas cotidianas como sacerdotes. Mientras que la
importancia de la oración formal no se reduce en la vida
activa del sacerdote diocesano sino son las demandas legitimas del
ministerio que organizan el horario de cada día para
enfrentar los desafíos y las necesidades de una parroquia
ocupada. El sacerdote diocesano necesita una disponibilidad
flexible de corazón y de espíritu.
Nosotros vemos tal ministerio activo y ejemplo ilustrado en la
vida, así como el ministerio del profeta Jeremías.
Porque el hermoso regalo de Dios fue expandido a todos nosotros,
Jeremías fue elegido como " un profetas para las naciones"
El entrego toda su vida al ministerio activo para la
salvación de los judíos por quien Dios especialmente
le envió.
A través de los judíos, Jeremías
ayudó para la salvación del mundo. Él tuvo una
larga misión en una activa predicación de vida.
Él caminó alrededor de nuevas localidades como Dios,
y el libremente cambió de un tipo de ministerio a otro por
la necesidad de ascender.
En sus 25 años, Monseñor Jim Gunn ha vivido un
ministerio muy activo. Justo en el medio de un ambiente pastoral
ocupado, él ha servido de intermediario en el fuego del amor
de Dios. El libremente cambió de un tipo de ministerio a
otro para ayudar las necesidades de la diócesis, y el nunca
dejo de trabajar duro para promover el Reino de Dios a
través de su activo ministerio.
El Amor de Dios: Solo y Suficiente
Porque un sacerdote diocesano esta activamente comprometido con
muchas obligaciones en un ministerio, él pudo
rápidamente correr en una superficie activista. Para
recordar las raíces en Cristo, la piedra de un ministerio de
sacerdote y las necesidades espirituales para estar en el interior,
solo con Dios en Jesús, o lo que Aschenbrenner llama un
"monasterio de corazón".
En nuestro bautismo, nosotros fuimos sumergidos en la muerte de
Jesús, ascendiendo nueva vida. Había un fuego
encendido, y el carbón brillante de ese fuego comenzó
con una vida completamente nueva. Percibimos un comienzo limpio, un
corazón nuevo, y fuimos transformados en una nueva persona
orientada hacia Cristo. Esta orientación en fe requiere un
desarrollo consciente prolongado. Gradualmente cada vez mas
identificado solo en el amor de Dios, los sacerdotes pasan por una
cierta separación del mundo como su centro de identidad,
precisamente porque ellos están completamente comprometidos
con el fuego del amor de Dios que los moldea en todos los aspectos
de su ministerio.
Ascendidos con el fuego del amor de Dios en la intimidad
silenciosa de sus corazones, los sacerdotes encontraran que su
ministerio cotidiano es una parte de la lucha del Espíritu
Santo para radiar el fuego del amor reconciliador de Dios dentro de
las variedades infinitas de los asuntos humanos.
Raíces en Cristo
Una vida interior arraigada en Cristo puede radiar y llenar los
ministerios del sacerdote tales como, predicar, presidir la
Eucaristía, rezar la liturgia de las horas, y celebrar los
sacramentos de reconciliación y Unción de los
enfermos. Algunos sacerdotes piensan quizás con
justificación que las reuniones son "los castigos o las
penitencias del siglo XXI". Pero con una orientación interna
hacia Cristo, guiar las reuniones puede ser una experiencia
transformativa. Las reuniones pueden ser una oportunidad de
adelantar el Reino de Dios, de orar y de fortalecer los
discípulos. La Madre Teresa nos recuerda que todos somos
llamados a no ser exitosos, pero a ser fieles.
Esta orientación interna en el medio de un ministerio
ocupado es lo que llevó el Rey David a describir los que
esta escrito en el Salmo Responsorial: " Tú eres mi
esperanza Señor; mi confianza, Oh Dios, de mi juventud"
(Salmos Resp.: 71) David paso su vida guiando la nación
durante una época difícil y violenta, muchos estaban
en contra de él y observaban cautelosamente como encontrar
maneras de destruirlo, pero David confió su causa al
Señor y sabia que con Dios en su lado la final
vencería. Eso debe ser nuestra espiritualidad. En efecto
David escribió los salmos para Cantar y elogiar al
Señor porque él lo rescató. En vista de que
David tenia tanta confianza en el amor de Dios él pudo
mantener el ministerio activo y liderar la nación.
Monseñor Jim Gunn ha podido mantener ese poder
monástico del corazón en medio de su ministerio
activo, las veces que hemos reunido, yo siento la presencia de
alguien que esta fundado en Cristo, una persona que radia esa
conexión interna a todos en su alrededor.
Predicando la Palabra de Dios con Autoridad
El ministerio de predicación es una parte central del
ministerio de los sacerdotes diocesanos. El predicar es otra forma
en que regularmente el sacerdote hace a Cristo presente como la
cabeza y el pastor de las personas.
Las fuentes de la predicación verdadera, con una llama de
autoridad, en el fuego del amor de Dios en Jesús, tienen sus
orígenes en la experiencia total del sacerdote de vivir,
orar y actuar como la persona de Cristo, el líder dentro de
la parroquia.
El predicar en esta manera tendrá una autoridad que con
inspiración de Espíritu Santo informa a las mentes e
inflama a los corazones de los oyentes y del predicador. Si el
sacerdote no se predica así mismo como lo hace en la
asamblea en su congregación, entonces la predicación
será muy aburrida.
Las llamas del Amor
La predicación Santa e inspirada requiere un profundo
respeto y amor a la palabra, como alimentar la oración
regular cuando se esta en la soledad. Solamente ese tiempo de
oración, el estar solo con Jesús, enciende las llamas
del amor a todos nosotros, solamente el vivir en el fuego puede
encender la llama en la necesidad de la predicación
efectiva.
Para predicar la palabra a las personas de Cristo el sacerdote
invita a compartir las llamas del Amor de Jesús. Desde
ahí, el sacerdote puede rodear con el amor de Jesús y
no solamente con lo agudo de su propia voz o la astucia de las
palabras.
Durante los días del Antiguo Testamento, el
Espíritu Santo bendijo a los profetas con perspicacia dentro
de la gracia que serviría a tiempos futuros. Ellos
cuidadosamente buscaron e investigaron el tiempo y las
circunstancias de la venida del Mesías, y ellos desafiaron
el predicar esto a las naciones y al mundo. Haciendo esto, ellos no
solamente sirvieron a las personas de sus días, sino a todos
nosotros también (cf. 1:8-12). Su predicación tuvo un
gran significado en el Reino de Dios, ya que los documentos
escritos de sus palabras han tejido Las Escrituras del Canon para
tres diferentes fe: Judaísmos, Cristianismo e Islamismo.
Durante los 25 años de su sacerdocio ministerial,
Monseñor Jim Gunn ha predicado la Palabra de Dios con coraje
y convicción. Él ha tocado mucho corazones de los
Cristianos y animado a los discípulos. Él es el tipo
de sacerdote que ha sido absorbido toda su vida por la Palabra de
Dios.
Conclusión
Un estilo de vida apostólica activa, un arraigamiento
interno en el amor de Dios, y un llamado a predicar la Palabra de
Dios son los tres o los muchos aspectos de un sacerdote diocesano.
Desde ese ministerio destila la espiritualidad de Monseñor
Jim Gunn, una espiritualidad particular para los sacerdotes
diocesanos pero que esta arraigado en el amor de nuestro
Señor Jesús, quien murió por todos nosotros
para que tengamos vida eterna. Una vida como esta nos llama a todos
a caminar humildemente, dócilmente y justamente ante el
Señor (Micah. 6:8)
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