Nosotros vivimos nuestro Bautismo
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El Obispo: Un mensaje de fe
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Con la celebración del bautismo de nuestro Señor el
domingo, 13 de enero, nosotros finalizamos la navidad y las fiestas
de la Epifanía litúrgica y regresamos a lo que la
iglesia llama "tiempo ordinario". Semana de la
Concientización Nacional para las Vocación, del 13 al
18 de enero, en donde se comenzó con la fiesta del Bautismo
del Señor.
Como pueblo santo de Dios todos nosotros nacemos en la iglesia
por las aguas del bautismo. La fuente bautismal fue reconocida en
los comienzos de la iglesia como una cuna espiritual por donde
todos nacimos.
Vivir en la promesa de renunciar a Satanás y a todas sus
falsas promesas, y comprometiéndonos nosotros mismo a vivir
una vez más las revelaciones y las enseñanzas de
Dios, es un desafío mayor cada día en nuestra vida
cristiana.
En nuestra vida bautismal nosotros tenemos una relación
con nuestro Dios, con nuestro prójimo y con nosotros mismo.
El amor es el mandamiento de Cristo para nosotros. Dios nos pide
que hagamos todo en su nombre y a su manera.
Prioridades para el 2002
En este día de gracia, 2002, tengo el placer de compartir
con ustedes algunas de las prioridades que surgen de las
necesidades en nuestros días y en nuestro mundo desde lo
ocurrido por el terrorismo. Estas prioridades son:
1) Evangelización: un método por el cual nosotros
nos convertimos en verdaderos lectores y ejecutores de Su
Evangelio. En términos sencillos esto significa, que la
enseñanza completa del mensaje de Cristo tiene un alivio en
nuestras mentes y nuestros corazones. Esto también significa
que nosotros tomamos con seriedad, pero con profunda
alegría, el llamado de Dios hacia nosotros para activar su
Palabra en nuestras vidas en la forma de que otros puedan ver a
Cristo en nosotros.
2) Justicia Social: el llamado a vivir justamente requiere que
aceptemos los principios básicos de las enseñanzas de
la iglesia con respecto a la justicia social, los derechos de otras
personas.
3) Administración: ser buenos administradores de la
creación de Dios, lo que necesite de nosotros para respetar
el universo de Dios. Esto significa respetar el ambiente y los
derechos básicos de las otras personas. Esto significa
sacrificio, compartir, cuidado e interpretar a los otros lo que es
legítimamente de ellos.
4) Hospitalidad: requiere de nosotros que le demos la bienvenida
a otras personas de otros colores y cultura, que estemos abiertos a
aprender de ellos y ofrecerles buenos y útiles aspectos de
nuestra propia cultura americana. Esto significa en nuestras casas,
en nuestras parroquias, y en nuestras relaciones. Nosotros podemos
ayudar a la gente a que se sientan bien. Esto significa convertir
nuestras hostilidades, pocas y muchas, en cuartos de hospitalidad y
espacio para otras personas.
Vivir en la promesa de nuestro bautismo nos llama a ser
evangelizadores, hacer más profundo nuestro sentido de
justicia social, dirigirnos a ser administradores reales en
nuestras vidas, y abrirnos a nuevas medidas para ayudar a otros y
ofrecerles nuestra casa a través de la hospitalidad
cristiana.
La próxima semana me gustaría retomar este tema
así como vivió Juan XXIII y compartirlos con
ustedes.
Carta del Obispo
Semana de la concientización Nacional para la
Vocación
Queridos amigos en Cristo:
Como su Obispo estoy contento de escribirles, y orar para que
Dios nos bendigas con buenos sacerdotes y hermanas para que sirvan
nuestra diócesis en los años que vienen.
En el titulo de la Semana de la Concientización Nacional
para las Vocaciones la palabra concientización aparece. Esto
me hace sonreír un poco como un sacerdote con casi cincuenta
años porque crecí en una era de la iglesia donde
nosotros estábamos rodeados por el refuerzo de lo hermoso y
sobre la promesa de ser un sacerdote o un religioso. Esto
continuamente se nos mostró a nosotros.
La Semana de la Concientización Nacional para la
Vocación, enero 13-18 del 2002, me trae intensos recuerdos
de mi juventud y del llamado de Dios hacia mí para
convertirme en sacerdote. Déjenme compartir con ustedes uno
de ellos.
Como jóvenes, estábamos rodeados de invitaciones
por los sacerdotes, familiares y hermanas para pensar
cuidadosamente sobre lo que estaba pasando en esos días
cuando "estudiamos para el sacerdocio".
Mi parroquia era la de San Timote en Maple Lake tenía
siete sacerdotes que servían a la iglesia. Nosotros
éramos una parroquia pequeña.
El sacerdote era un servidor muy firme desde el púlpito
para las vocaciones hasta el seminario y el convento. Él
oró. Él promovió. Él pasó tiempo
con los jóvenes interesados en el sacerdocio.
Siguió con algunas preguntas para nosotros como
jóvenes, "¿Te está llamando Dios a hacer
sacerdote?" "¿Tiene usted la voluntad de estudiar, orar y
ser formado en Cristo, ser ordenado y dar de usted total amor y
servir a la iglesia?" El seminario en los días de mi
juventud fue representado como un privilegio, no en el sentido
dulcemente preferido, sino como un regalo de Dios y no como algo
que uno gana.
La vida de un sacerdote fue representada como una vida de
compromiso, de duro trabajo, una vida que pudo traer diferentes
tipos de misiones. Ustedes fueron llamados a una vida de
oración, de sacrificio y de servicio. A ustedes
también se les dijo que, como es verdad en el matrimonio,
nosotros podemos esperar una mezcla de lamentos, dolor y
sufrimiento, pero que en el sacrificio, muchas personas
serán ayudadas en su vida espiritual, y nosotros
tendríamos profunda alegría de haberlos ayudado.
Ofrezco mis pensamientos y mi perspicacia de cincuenta
años en el sacerdocio para decir a todos los jóvenes
calificados y llamados a dar lo mejor. Esto es una vida
maravillosa, gratificante llena de profunda alegría y
satisfacción. Orar, estudiar, lo forman a usted en Cristo,
comprométete en un tiempo de vida al servicio de Dios.
Escucha a Jesús decir, "Ven y sígueme".
Mis saludos especiales a todos aquellos que promovieron las
vocaciones al sacerdocio, nuestro equipo vocacional, Serrans, Las
hermanas de Cloistered quienes oran por nosotros, a los familiares
quienes ayudan a las vocaciones.
Así como continuamos con la lucha contra el terrorismo
nosotros, en una manera espiritual, podemos ayudar y combatir el
pecado guiando a nuestra gente como sacerdotes en Cristo quien es,
"El camino, la verdad y la vida". ( Juan 14:6)
Sinceramente en Jesucristo,
Obispo William H. Bullock
Obispo de Madison
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