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21 de abril de 2005

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"Bajo el Libro del Evangelio"

Tratamiento médico: Tomen decisiones basadas en el enseñanza católica

Ilustración del Libro del Evangelio abierto por encima de la cabeza del Obispo
Bajo el Libro
del Evangelio

+ Obispo Robert
C Morlino

Queridos amigos,

Permítanme continuar con la segunda parte de la serie [parte uno] de reflexiones que conciernen al tratamiento médico apropiado con relación a ciertas temas de la vida.

La reciente tragedia que concluyó con la muerte de Terri Schiavo ha elevado consideradamente la pregunta para todos nosotros acerca de la dignidad de una persona llamada médicamente en estado vegetal persistente o permanente.

Nunca reducido a "un vegetal"

En primer lugar, los profesionales médicos que usan esta terminología saben exactamente lo que quieren decir. Pero cuando hablamos con las otras personas que no son profesionales médicos, temo que la connotación se da a una persona que está en estado vegetal. El hecho de que una persona esté gravemente enferma y discapacitada nunca podría hacer a esa persona nada menos que una persona - tal persona nunca debería de ser tratada como un vegetal. Por lo tanto prefiero usar la terminología la cual tomo del gran Obispo McHugh, "diagnosticado como permanentemente inconsciente"

La persona que es diagnosticada como permanentemente inconsciente, de acuerdo con el escenario que se presentó con Terri Schiavo, no es enfermo terminal, y no está cerca de la muerte. Esa persona no tiene "el derecho a morir" mas que cualquier otra persona porque no existe tal derecho. El pensar en suicidio si uno se encontrara diagnosticado como permanentemente inconsciente es gravemente inmoral - el firmar un testamento de vida ordenando su propia muerte si uno fuera diagnosticado permanentemente inconsciente, pero ningún enfermo terminal, y que no este cerca de la muerte, es pecado mortal. Es posible crear un testamento de vida que va a generar más problemas que tratar de resolverlos y contiene intenciones que son por sí mismas seriamente pecadoras.

El que es diagnosticado como permanentemente inconsciente pueda de hecho no estar permanentemente inconsciente - él puede despertar después de 18 o 20 años. Con toda probabilidad los avances futuros biotécnicos permiten una precisión más grande con relación a este diagnóstico particular.

Nadie puede intentar la muerte

En cualquier situación cuando una persona no está terminalmente enferma pero no cerca de la muerte, ni la persona, ni nadie más tiene el derecho de pensar o perpetrar su muerte. El que sea diagnosticado como permanentemente inconsciente mantiene su propia dignidad, incluyendo su derecho a comida y bebidas, aún si son proporcionadas artificialmente.

El hecho de que la comida y bebida sean proporcionadas por medios artificiales no significa que la comida y bebida no sean comida y bebida. Esta es la enseñanza clara de nuestro Santo Padre Juan Pablo el Grande. Él nos enseño por su propia muerte que una vida humana muy débil y discapacitada debe de ser un tesoro. Él aceptó por sí mismo el uso del tubo de alimentación y no escogió el morirse de hambre. El derecho a la comida y la bebida es uno por la cual la persona que no es enferma terminal y que no este cerca de la muerte no debe de privarse.

Si un paciente de hecho es un enfermo terminal y cerca de la muerte, entonces esos tratamientos médicos son apropiados y son efectivos para la vida que sostiene y no son cargas desproporcionadas. Por ejemplo, si alguien es un enfermo terminal y cerca de la muerte y su cuerpo todavía puede procesar el alimento, entonces un tubo de alimentación que se inserta por la nariz sería generalmente apropiado. Un tubo de alimentación que se inserta en el estómago que involucra una cirugía más complicada para que esta clase de tratamiento médico pueda ser una carga desproporcionada para alguien que sea enfermo terminal y cerca de la muerte, donde tal vez el tubo de la nariz no lo sea.

Si una persona es un enfermo terminal y cerca de la muerte y el cuerpo ya no puede procesar el alimento, entonces la inserción de comida y alimento han llegado a ser en vano porque el cuerpo ya no puede procesarlos para sostener la vida, la comida y el agua ya no son necesarias pero solo bajo esas circunstancias muy serias. Si hay alguna pregunta de un tratamiento médico en particular apropiado, debería de ser dirigido al individuo con el apropiado entrenamiento moral y conocimiento de la enseñanza de la Iglesia efectiva y pastoralmente pueden contestar la pregunta.

Pero debe de tenerse en cuenta que siempre que estamos determinando si un tratamiento médico en particular es apropiado o no, eso es si los beneficios del tratamiento son más grandes que las cargas. Estamos tomando esas decisiones acerca de tratamientos médicos y no haciendo juicios acerca del valor de la vida humana de un individuo.

Testamentos de vida, poder del cuidado de la salud

Por último, se decía comúnmente después de la muerte de Terri Schiavo que la lección que la sociedad debería de aprender de la tragedia es que uno siempre debe de hacer un testamento de vida. De hecho ese no es la lección que debemos de aprender, pienso yo.

En primer lugar los testamentos de vida están abiertos a interpretación si el autor llega a estar seriamente incapacitado y ya no puede comunicarse por él o ella mismo. Entonces la interpretación del testamento de vida queda bajo la interpretación de otros. La mejor forma de proveer directivas por adelantado del cuidado de la salud es el designar un poder de cuidado de salud, esto implica el darle un poder legal duradero con decisiones del cuidado de la salud a una persona de confianza que conoce los deseos de uno mismo.

Hace varios años, de hecho, yo designe tal poder del cuidado de la salud y le dí a esas personas el poder legal. Ellos estaban alertos en mi cirugía en septiembre y estaban presentes en caso de que tuvieran que ejecutar tal poder. Gracias a Dios por su presencia y estoy profundamente agradecido que el Señor escogió darme el regalo de una vida nueva y con energía.

Resumen de la enseñanza católica

Si una persona escoge diseñar un testamento de vida o el ejecutar un poder legal duradero por asuntos del cuidado de la salud, esa persona no debería de marcas todas las casetillas del formulario. Esa persona debe de estar segura que todos los principios de nuestra enseñanza católica estén incluidos en cualquiera que sea la acción que escojan llevar.

En resumen, esos principios son: 1) nadie puede directamente intentar su muerte; 2) las medidas que sostienen la vida (agua y comida) siempre y cuando la persona no sea un enfermo terminal y este cerca de su muerte; 3) para aquellos que sean enfermos terminales y estén cerca de su muerte los tratamientos médicos lo cual son cargas desproporcionadas nunca son una obligación.

Si una persona tiene presentes esos principios cuando ejecuta los documentos de un testamento de vida o un poder legal duradero, entonces esos documentos, especialmente la asignación de poder del cuidado de la salud, son particularmente efectivos, y esta clase de asignación debe de ser hecho por todos los adultos responsables.

Reflexión del fin de la vida del Santo Padre

Por último, especialmente cuando hablamos de los que son enfermos terminales y están cerca de la muerte, cada situación es única. De nuevo reflexionemos en el fin de vida del Santo Padre. El aceptó el tubo de alimentación para el alimento en sus últimos días porque la dignidad humana requiere que se suministre agua y alimento.

Pero cuando se le acercó su muerte Él escogió que no se le llevara al hospital porque muchas de las medidas que sostiene la vida proveídas que iban a haber cargas desproporcionadas y por lo tanto no eran obligatorias. Él juzgó que su hora le había llegado. Él aceptó la muerte del Señor quien le dio la vida, pero Él nunca directa o indirectamente causó su propia muerte. Cada situación es única y la presencia de médicos competentes, consejeros y sacerdotes son irremplazables.

Espero que estas reflexiones sean de ayuda a la hora que muchas están buscando formularios de testamentos de vida por medio del Internet y procesándolos. Por favor háganlo cautelosamente antes de tomar decisiones.

Muchas gracias por leer este artículo, que Dios los bendiga a cada uno de ustedes. ¡Cristo ha resucitado! ¡Claro que si ha resucitado! ¡Bendito sea Jesucristo!

Para más información y reflexión acerca de este asunto, por favor consulten "la Guía Católica del asunto del fin de la vida" en el sitio de Internet del Centro Nacional Católico de Bioética, www.ncbcenter.org


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